Oreja para la terna en Peñaranda con toros sin mucho fuste

Ficha del festejo. Se han lidiado toros de Valdefresno que han resultado nobles y flojos en líneas generales, lo cierto es que no ha sobresalido ninguno en cuanto a su comportamiento, todos cambiados con una sola vara sin apretar.

Paco Ureña: palmas y oreja

Juan del Álamo: oreja y ovación

Juan Leal: oreja y ovación

Poco o casi nada que destacar de los de coleta: Ureña trasteó con buena técnica, sin apreturas, sin arrebatarse en ningún momento y cosechó una faena técnica y desangelada a falta de otras emociones, no dio más de sí... no estuvo acertado con la espada, y se silencio su faena. En su segundo lo fijó con solvencia de capote, comenzó de hinojos con aplomo y suavidad, lógico y sin estridencias todo carente de emociones de diversidad y vibración; su faena, un tanto confusa, no tomó la altura deseada aunque intentó sobreponerse a las condiciones del astado. Cobró una entera y oreja.

Juan del Álamo toreó con frescura y buen son a su primero. Montó una faena limpia, sin apreturas, y llevó calculada la embestida de su enemigo, tirando de su embestida un tanto agónica y tuvo momentos dulces. Estocada entera y oreja. En su segundo dominó de la situación ante la incómoda embestida del burraco. Del Álamo consintió y aplicó tauromaquia al de Valdefresno, mostró buena disposición y luego mató de entera tendida y vino después un sainete con los estoques que le hicieron perder el trofeo, fue ovacionado.

Esperaban los aficionados a este francés Juan Leal, precedido de buenas sensaciones, y lo cierto es que no se ocultó firme en su labor. Ante la falta de raza del toro mostró muy buenas maneras acompañadas de valor, consintió ante el desclasado animal y dominó la situación con naturalidad, no se arredró y tras un pasaje rotundo cobró una oreja. En su segundo volvió a salir muy motivado; se fue a portagayola sin mucho éxito pero el francés no se achicó y se fue sintonizando con una faena de mucho relieve y sosiego por ambos pitones. Conectó con el tendido pero la espada se coló por mal sitio y tan solo cosechó una ovación.

Y aquí terminó todo. Corrida muy mansita y desclasada, sin mucho fuste, que no inquietó ni a picadores ni a subalternos y tampoco a los toreros que hoy conformaban el cartel, unos toros sin pujanza, casta y fuerza, carentes de aquello que se necesita para llamarlos de lidia y, lo que es peor, que no se les puede aplicar tauromaquia? y esto es grave...

Aquí terminó esta Feria de Peñaranda de Bracamonte, en cuanto a lo taurino, que tuvo cosas que ver y que discutir de lo acontecido en la plaza. Nos vamos hasta la próxima. Saludos