El silencio de los tuyos

Es el silencio que se produce entre los miembros de colectivos que trabajan por el cambio. Es el silencio que destruye la fuerza de la acción colectiva, de la solidaridad que hace que las de abajo sean fuertes frente al poder. Es el silencio de nuestros representantes cuando unos estudiantes entran en una charla que defiende la injerencia extranjera en Venezuela, en plena campaña electoral, y son señalados en medios de comunicación estatales sin que nadie se pronuncie y diga: "eh, estos son nuestros chicos y nuestras chicas, son quienes llenan nuestros actos, quienes pegan nuestros carteles...son las tan manidas bases de los movimientos políticos y sociales, y no vamos a dejar que les señaléis porque no están haciendo nada malo. No son violentos, miren, llevan más de dieciocho años trabajando en el claustro de la Universidad, haciendo propuestas, sacando a los y las jóvenes a la calle cada vez que se produce una reforma neoliberal del sistema educativo. Sí, son quienes defienden la educación pública con la misma vehemencia con la que defienden la democracia en Venezuela. También defienden la sanidad, porque son los futuros médicos y médicas, enfermeros y enfermeras... Lo defienden porque son solidarios y solidarias, y también defienden las instituciones. Sí, lo hacen cada vez que se pronuncian para que en la Universidad no se celebre un acto que incite al odio, a la xenofobia y al racismo. Y lo hacen porque defienden una institución como la Universidad pública, en la que creen, en la que creemos? en la que participamos".

El silencio de los tuyos ante estas cuestiones a veces es más doloroso que el silencio de otras personas, porque es un silencio que te lleva a pensar: ¿quién responderá por mí cuando vengan a buscarme, cuando sea yo el señalado? También es un silencio que dinamita la acción colectiva, la solidaridad. Es un silencio que nos resta fuerza y nos divide frente al poder. Es un silencio del que, a veces, todos y todas formamos parte.