El frío provoca algunas ausencias pero el buen ambiente se mantiene en una fiesta ancestral

El intenso frío marcó la primera feria del año 2016 en Ciudad Rodrigo, la Feria de Botijeros, que precisamente se vio mermada por esas malas condiciones meteorológicas, ya que faltaron un tercio de los artesanos que se habían apuntado a la cita (no pudieron salir de sus lugares de origen por la nieve o temieron viajar 'para nada' tras la nevada caída en la tarde del viernes).

Así, de los 75 artesanos previstos, sólo acudieron 50, que se repartieron entre la Plazuela del Buen Alcalde (destinada en principio a artesanos locales y de la comarca) y la Plaza Mayor (para los 'foráneos'). Los que estuvieron en el ágora tuvieron al menos la compañía de los juegos de la compañía portuguesa Jogo de Pau, mientras que el movimiento principal de la Feria tuvo lugar en la Plazuela del Buen Alcalde, desde primerísima hora de la mañana.

Poco después de las 9.30 horas, se fue a buscar a un camión aparcado en la Plazuela del Conde el cebón donado por Juan Manuel Criado que fue protagonista de toda la mañana. Una vez aturdido, se llevó a la Plazuela del Buen Alcalde, para desarrollar por parte de matarifes, trabajadores del Ayuntamiento e integrantes de El Botón Charro el proceso íntegro de la matanza: chamuscao y raspao, despiezao y descarnao, picao y adobao, y enfusao o llenao.

Dentro de este proceso, dos veterinarios se llevaron a analizar la lengua del cebón para comprobar que el animal estaba sano.

Aunque el sol fue apareciendo y desapareciendo, hubo poco público en el tramo inicial de la mañana, en el cual se repartieron perronillas, mantecados y aguardiente. Estos productos se agotaron cuando llegó -ya con la mañana avanzada- un numerosísimo grupo de turistas.

A media mañana comenzaron las actividades paralelas, con un cuentacuentos familiar en el Palacio de Montarco a cargo de la compañía Katúa Teatro. Una cita similar ya formó parte del programa de la Feria de Botijeros en años anteriores, siendo la principal novedad un espectáculo callejero denominado As papalvas que tuvo lugar a partir de la 1, a cargo de la compañía portuguesa Aquilo Teatro.

Esta compañía empezó a actuar en la Plaza Mayor, dirigiéndose hacia la Plazuela del Buen Alcalde, donde se encontraron con los miembros de la Corporación Municipal que estaban realizando la clásica visita institucional.

Durante la misma, el alcalde Juan Tomás Muñoz resaltó que, "a pesar del día desapacible" se estaba viendo movimiento "en una fiesta ancestral, que funciona desde el siglo XV en Ciudad Rodrigo con distintos nombres". El alcalde apuntó que "la intención es mantener las tradiciones", aunque "adaptadas a las necesidades". En este sentido, Juan Tomás Muñoz manifestó que "preveo que hay que matizar algunas cosas en esta y otras Ferias".

Tras pasar por la Plaza Mayor, parte de la Corporación volvió a la Plazuela del Buen Alcalde para disfrutar de la degustación de patatas meneás y productos cárnicos del cerdo, preparados a lo largo de la mañana (así como en días anteriores) por las hermanas Olaya (Rosario, Pilar y Antonia) y por integrantes de El Botón Charro, que también se encargaron de su reparto. El Botón Charro fue protagonista por otra vía, ya que sus integrantes más pequeñas ofrecieron una exhibición de baile junto a un tamborilero.

Como cierre de la mañana, se procedió al sorteo de dos lotes compuestos por un jamón y un lomo cada uno, pertenecientes al cebón al que se había dado muerte a primera hora. Esos lotes recayeron en los números 1.027 y 1.568. Coincidiendo con este sorteo, llegaron a caer algunos copos de nieve en la Plazuela del Buen Alcalde, que no fueron a más.