Cuento para después de una Navidad

Ayer estuvimos de boda. Distinto porque todo parece más sencillo aunque no lo sea, todo parece natural y es tal cuál, no obedece a la lógica pero suponemos un derecho de los sentimientos sean cuáles fueren. Hemos mezclado lo humano y lo divino y esperemos el resultado del cóctel de la felicidad.

Llegan niños y niñas a la Casa Escuela y según una niña bereber tienen muchas oportunidades de educación. Estudian y desde la formación profesional encuentran su titulación, viajan, en este caso recuerdo especialmente el carrito con su niño, cuando ella tenía quince años cruzando el arco del triunfo de París, al lado iba el carrito de mi hija pequeña. Pero han estado por muchos sitios en Europa, Roma, Londres, Berlín, Viena, Móstar, etc y han estado también de misioneros en Marruecos.

Es verdad todo esto, como que se han puesto alas de mariposa en el circo, han triunfado en escenarios y pasacalles. Se han jugado la vida en peleas callejeras y sus hijos los ven heroicos. Han escrito un libro, se han quedado embarazadas, han tenido hijos, han plantado árboles y se puede hablar de aventuras épicas del siglo XXI.

Mientras esto sucede, en otros colegios y universidades planifican lo que debe ser la vida, a nosotros nos atropella. Salimos en la tele, en los periódicos, vamos a las universidades, salimos en el cine, vamos a la cárcel? Se puede decir que somos famosos, vivimos muy deprisa, conducimos muy deprisa y tenemos algunos accidentes.

Hemos visto de cerca la muerte, hemos sufrido la droga, la violencia, el sexo duro y seguimos creyendo en los cuentos de hadas. Hace ya varios años, nuestra novia, ya madre, escribía un cuento que se titulaba: " La bruja y el gatito ", dedicado a ese hijo que ayer le deseaba en la boda que fueran felices.

En este caso faltaba la abuela. Pero que importantes y determinantes pueden llegar a ser. No tienen por qué ser abuelas al uso, de hecho pueden ser abuelas sorprendentes, supervivientes inesperadas, que legan el compromiso a la monja abuelita y ellas retan incluso a la gravedad.

En este mundo caben todos, los magos y un Dios Misericordioso. La brújula dorada, blancanieves y alguien en el país de las Maravillas. La pena es que meten baza demasiados consejeros y opinadores, incluso la política influye en que se haga más difícil la realidad de la cenicienta.

Ojalá no nos confundan las prioridades de los reality shows, esto son vidas entrelazadas de una larga saga de episodios de tragicomedias inmersas en un océano de singularidades.

La suerte está echada, que la fuerza les acompañe y todos los mensajes que quepan en una botella a la deriva, algunos seguiremos tirando salvavidas por si quieren agarrarse para descansar en la larga travesía.

Se casaron, fueron felices y comieron perdices. El futuro está por venir para todos.