Críticas de los bomberos por la compra de un camión forestal para uso urbano

Efectivos del Servicio de Extinción de Incendios de Salamanca han denunciado esta semana la compra de una autobomba forestal poco apropiada para la tareas urbanas. En realidad, como explican fuentes del Parque Municipal de Bomberos, «nadie sabe muy bien de dónde ha salido ese camión». Esas mismas fuentes reclaman, al hilo de esta situación, más control en las compras de material para el Parque. «El problema es que no sabemos quién decide nada ni por qué, nadie se hace responsable, nadie verifica si lo que llega a nosotros se corresponde con lo que se incluía en los pliegos». De hecho, añaden, en realidad ahora mismo nadie sabe si esa autobomba forestal se pidió en su momento ni por qué. «Viene de una licitación antigua que se quedó desierta y, de repente, nos llega esto», insisten desde el Parque de Bomberos.

Esta autobomba forestal, característica que ha sido deducida por los efectivos dada la gran altura del camión, es el tercer vehículo que se adquiere en los últimos tiempos para el Parque Municipal. Del primero de ellos no existen quejas, pero no así sucede con el segundo, que, aunque lleva más de un año en Salamanca, tras su presentación el verano de 2014, por el alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, en la plaza de Anaya, ha pasado más tiempo en el concesionario que en el propio Parque. «Se puede decir que operativo de verdad sólo ha estado la última semana, porque antes siempre que hemos ido a conducirlo nos encontrábamos con algún problema», explican fuentes de los bomberos.

Y, en tercer lugar, la autobomba forestal, de más de cuatro metros de altura de gálibo y 5.000 litros de depósito -cuando en los pliegos se especificaba que tenía que ser de 6.000-. «No tiene cabina doble, no tiene mucha capacidad de agua y con esa altura puede ser peligroso para nosotros, porque en las curvas y rotondas puede perder estabilidad y hacernos volcar», apuntan desde el Parque.

Alto coste

Cuando llegó tal vehículo, los efectivos reconocen haber preguntado el motivo de esta compra, sin haber obtenido respuesta. E insisten en el «descontrol» que existe en ese departamento. «Se adquieren cosas que no se sabe para qué valen ni dónde van». Y hablamos, en este caso, de un gasto que puede llegar a los 300.000 euros.

«Hasta los técnicos de la casa dicen que nunca habían visto un camión así», subrayan estas mismas fuentes, que hablan del resto de casos similares en el Parque con respecto al material, como una lanza que expulsa agua a una velocidad de 2.000 litros por minuto, lo que impide que, dada la capacidad de los depósitos, funcione durante más de dos minutos.

Pero el ejemplo más paradigmático es la conocida torre de fuego, que sigue sin ser utilizada en los entrenamientos de los s bomberos, pese a que costó más de un millón de euros y pese a las reparaciones que la empresa que la construyó llevó a cabo en la estructura en la pasada primavera.

«La torre de fuego se quedó para nada», asumen con resignación en el Parque de Bomberos, donde sigue presente el enfrentamiento que se produjo en la inauguración de la torre.

Fuente El Norte de Castilla