Un ataque de cánidos en Peralejos de Abajo pone en alerta a otra zona ganadera

Un ataque de cánidos sobre un rebaño en Peralejos de Abajo ha puesto en alerta a otra de las zonas ganaderas de la comarca de Vitigudino. A los ataques certificados de lobos en la zona del Abadengo, los denunciados en Encinasola de los Comandadores, Valsalabroso y Fuentes de Masueco, además del avistamiento de un lobo en La Vídola y La Peña, se suma ahora Peralejos de Abajo con un nuevo suceso a escasa distancia del término municipal de Vitigudino.

En esta ocasión el damnificado ha sido Miguel Ángel García Cuadrado, nada nuevo para este ganadero de ovino de leche asentado en Peralejos de Abajo, pues a este ataque suma otros registrados en 2002, 2005 y 2012, y de todos ellos la única conclusión que extrajo fueron pérdidas cuantiosas para su explotación.

Ahora son dos ovejas muertas, cuatro heridas de gravedad, "que no sobrevivirán", y otras "cinco desaparecidas". Del suceso se percató ayer pasado el mediodía "cuando fui a la parcela que tengo junto a la raya de Villamuerto y me encontré el asunto. No sé si habrán sido perros o lobo ?añade?, pero lo primero que he hecho ha sido avisar a otros ganaderos para que guarden las ovejas".

De momento no ha dado parte del ataque en el Servicio Territorial de Medio Ambiente, "lo dejaré para el lunes porque en el fin de semana no van a hacer nada". Las ovejas muertas "se las ha llevado ya el camión de recogida de cadáveres, pero creo que con las heridas les bastará porque se van a morir".

Así de resignado se mostraba este ganadero mientras trataba de encontrar una explicación a la repetición del suceso que vivió hace diez años en esa misma parcela. Entonces fueron nueve bajas, ahora los daños estima que superen los 1.300 euros. Además, en 2002 contabilizó tres ataques con 27 ovejas muertas, y en 2012 otro ataque con siete bajas. En este último se determinó que el causante habían sido perros, pero para los ganaderos la afirmación de la Patrulla de Control del Lobo no despejó sus dudas sobre que el causante hubiera sido este depredador. Ahora vuelven las mismas dudas y los temores por ver de nuevo la dantesca imagen de una parcela regada de ovejas muertas.