Siempre conectados y a punto de gominola

Ya estamos todos preparados para recibir a más de 30.000 estudiantes, que se anticipan a todas las nocheviejas del mundo. Y eso que todavía estamos terminando el curso y aún no se han examinado quienes estudian en Salamanca, pero este paréntesis de la navidad se convierte en una fiesta en la Plaza Mayor. Y así serán las gominolas las que sustituyan las uvas. Sus organizadores no paran de decirnos que para nada se pretende que esta fiesta se parezca a un botellón porque, nos recuerdan, que las ordenanzas municipales son muy estrictas y prohíben beber en la calle. La verdad es que semejante cumplimiento de las ordenanzas parecen imposibles de ejecutar la famosa noche de la convocatoria estudiantil, además cualquiera sabe que este celo en las ordenanzas no rige igual para todos los hosteleros, unos tienen más suerte que otros en escapar a la vigilancia policial.

¿Pero cómo viven estos jóvenes? La mayoría son nativos digitales, es decir, han crecido sabiendo desenvolverse con soltura en una pantalla digital. Y tienen en las nuevas tecnologías no sólo un instrumento de acceso a la información, sino que ellos viven igual que se conectan: con mil tareas a la vez. Pueden descargarse una canción y mientras están chateando con un amigos. Su mejor regalo de reyes es un ADSL funcionando a pleno rendimiento. Están buscando un capítulo de un libro, como les recomienda su profesor universitario, o buscan herramientas de trabajo en la Formación Profesional, mientras escuchan un concierto en directo de su grupo favorito. Su sentido del tiempo también ha cambiado. No soportan esperar cuando quieren acceder a cualquier dato de cualquier tema. Por eso ya ha caducado cualquier conocimiento que no sea instantáneo y al que no se acceda con un clic. También se han convertido en diseñadores de su propia vida, acumulan amigos en Facebook, o en twitter, y son capaces también de crearse un mundo de fotos, las retocan, las componen. Un universo de imágenes donde transforman todo lo que quieren. Por eso la televisión ya ha dejado de ofrecer nada interesante para ellos, ni con un programa de 3D, o con una pantalla plana consigue que se fijen en ella. Muchas familias saben cómo se refugian en su habitación para seguir creándose su propio mundo, porque es un mundo paralelo y editado a su gusto. Por los mismos motivos, la prensa digital gana la partida frente al papel. Y por su necesidad de estar conectados, los ordenadores deben ser portátiles, como los teléfonos móviles que han de servir para ver una película, escuchar un vídeo y escribir sus correos o atender sus grupos de wasaps, porque lo de telefonear es casi lo de menos. Nunca están centrados en una sola tarea, sino en múltiples tareas. Ellos han cambiado tanto que es a nosotros como docentes, o como padres y madres los que debemos adaptarnos a esta revolución, semejante a la creación de la imprenta, que rescató de los conventos y los palacios el monopolio del conocimiento.