Pasión por la Música

El músico es un ser apasionado. Su creación, la música se hace arte en su pensamiento y en su ejecución, por eso existe desde siempre en el espíritu del hombre. Por su parte, la propia palabra «música» procede de la denominación de las musas las hijas de Zeus que, según la mitología griega inspiraban todas las actividades creativas e intelectuales. Con esta denominación he de partir de la música como una manifestación de los sentimientos humanos, como tal procede de la emoción y, por eso, directamente, del oído se transmite al corazón.

Cada músico es una pequeña esfera que gira en la armonía del conjunto que conforma una orquesta, dirigida por el sueño del compositor, el genio de su conductor, el director y la pasión de los intérpretes. De la conjunción de todos surge el Concierto. Todas las piezas deben encajar y todas son imprescindibles cuando se interpreta un programa. Nada sería, sin embargo, la perfección técnica sin la magia del disfrute y de la pasión que transmitan y sin la emoción que logren producir en el que asiste a un concierto.

El pasado domingo, 8 de noviembre en el Concierto de la Joven Orquesta Sinfónica "Ciudad de Salamanca", primero de la temporada, que tuvo lugar en el Centro de Artes Escénicas y de la Música (CAEM), fuimos conscientes todos de esa magia y de esos instantes de sensibilidad y pasión que llenaba el ambiente.

Se daba una curiosa particularidad que sólo desde el conocimiento de la preparación del Concierto se podía entender. En el escenario, dos directores: el barítono madrileño Álvaro Lozano, quien dirigiera la Orquesta en el último concierto de la temporada anterior, pasión desatada, torrente de voz y de corazón, cantaba, acto de voz y de comunicación, Andrés Ramos Navarro era el director de la orquesta, técnico, entusiasmado y haciendo sacar de todos los intérpretes lo mejor de sí mismos. Los profesores, como el capitán que dirige una nave, delante de sus muchachos, delante de sus alumnos, motivando y ayudando a llevar a buen término el Concierto.

A todo se une la particularidad y la genialidad de una Orquesta renovada en sus músicos cada año, aquí todo músico tiene su atril y todos tienen la oportunidad de formar parte de una Orquesta, sólo hace falta trabajo y tesón para lograr un magnífico día de Concierto.

En la primera parte del Concierto interpretaron la Obertura del Barón Gitano, compuesta por Estrauss, seguida de "Se vuol ballare signor contino " (Las Bodas de Figaro), de Mozart, "Bella siccome un angelo" (Don Pasquale) De Donizetti finalizando la primera parte con "Largo al factotum" (El Barbero de Sevilla) de Rossini. Esta primera parte contó con la complicidad del público en una pequeña intervención lograda por el cantante Álvaro Lozano y todos, Barítono, músicos y director lograron una magnífica interpretación lírica

La segunda parte estuvo dedicada al compositor Dvorak, con la Sinfonía nº 8 en Sol Mayor. Op 88. Obra con su dificultad pero muy bien interpretada y perfectamente dirigida por la técnica maestra de Andrés Ramos Navarro.

A pocos días de Santa Cecilia, Patrona de los Músicos, felicito desde aquí a los integrantes de la Joven Orquesta Sinfónica "Ciudad de Salamanca" por el trabajo bien hecho, por la pasión que ponen en sus interpretaciones, por la pasión que logran en el público que, una vez más, abarrotó el CAEM, porque si hay un hecho significativo en la presencia de tantas personas, es la afición que crean entre los asistentes que pudieron ir, quizá, no por su afición melómana sí por acompañamiento. El hecho importante es que en todos sus conciertos esta Orquesta arrastra un gran número de espectadores que terminan apreciando la música sinfónica. Enhorabuena "maestros" y felicidades.