De magos y políticos

Pues sí, podría decirse que ya estamos otra vez en campaña electoral si no fuera porque nunca salimos de ella. Esta vez el "pistoletazo de salida" lo ha dado el periodista Jordi Évole al poner cara a cara, con un café con leche por medio, a Albert Rivera y Pablo Iglesia. ¡Más de 5 millones de espectadores, oiga!

Los protagonistas llegan juntos, charlando amigablemente en el asiento trasero de un coche, sí, aunque suene a canción de los 80. Dicen estar cansados después de tanto ir y venir, desconectan haciendo deporte, charlan de la vida cotidiana, en mi opinión Albert con más naturalidad que Pablo, que le mira y sonríe de forma un tanto forzada. El coche se detiene y Jordi les recibe en un terreno, que según el propio presentador les informa, pretende ser neutral.

Entran en el bar "Tío Cuco", que por ciento, regenta una salmantina, se sientan, les sirven un café con leche y comienza la "charleta". Primera pregunta de Jordi para los dos ¿Alguna vez habéis estado en paro? Albert Rivera nunca, con 22 años ya tenía un curro, Pablo Iglesias sólo unos meses. Paro, reformas y estabilidad, salario social, atención médica universal, pensiones, puertas giratorias, corrupción, intervencionismo público, independencia de Cataluña; Ley mordaza, ley de dependencia, centros de internamiento de extranjeros, concierto vasco, acercamiento de los presos de Eta, y otros muchos temas, se van desgranando entorno a una "improvisada" mesa de debate durante casi una hora.

Reconozco que lo seguí con interés, pero a medida que se aproximaba el final mi decepción fue creciendo. Y es que se quedó en un cara a cara de "andar por casa", entiéndanme bien, pareció más un debate para unas elecciones autonómicas que para unas elecciones nacionales. Los temas internos son sin duda muy importantes, pero es que a ellos se limitaron, tanto el director como los "ponentes", nada de problemas europeos e internacionales.

A mí, me hubiera gustado saber que opinan ambos aspirantes a gobernar mi país sobre el problema de los refugiados, sobre los conflictos entre Israel y Palestina, sobre los millones de seres humanos desplazados por las guerras en África, sobre los paraísos fiscales, la "colonización china" o la conservación del medio ambiente. Para presidir este país hay que tener ideas y sobre todo propuestas políticas claras sobre todos estas cuestiones, además de las meramente domésticas, y los ciudadanos tenemos derecho a saberlo. Hoy no es posible vivir al margen del resto de mundo, porque lo que nuestros vecinos ? buenos o malos ? hacen tiene influencia decisiva sobre nuestras vidas ¡nada de todo esto se puso sobre la mesa!. Ni el presentador ni los invitados mostraron ningún interés por ellos. Se repitió hasta la saciedad que nada estaba pactado pero tal vez hubiera sido oportuno pactar el abordaje de algunas de estas cuestiones para qué supiéramos como lo ven. En definitiva y en mi modesta opinión, a pesar del enorme éxito obtenido, una magnífica oportunidad perdida. Otra más.

Por último, no me terminé de creer esa "naturalidad" y "espontaneidad" de que se quiso hacer gala. En este país los políticos no suelen dejar demasiadas cosas a la improvisación ¿quién gano? Pues la verdad es que no sabría decirles. Acuerdos y enfrentamientos trufaron el debate, de lo que no me cabe duda es que hay una cosa que une a ambos, que puede dar respuesta a la pregunta ¿hay algo entre Pablo Iglesias y Albert Rivera? Y es sin duda acabar con el bipartidismo. Sus enemigos comunes son el Partido Popular y el Partido Socialista y su lema: primero vencer y luego pactar. ¿Con quién? Pues ya se verá.

En algún sitio he leído que Woody Allen dijo: El mago hizo un gesto y despareció el hambre, hizo otro y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago. ¿Algún político podrá, algún día, sustituir al mago?