La Glorieta no levanta cabeza

La Glorieta, inmersa en una larga depresión, no levanta cabeza; no acaba despertando el interés de Salamanca. Una pena porque este año había más expectación por los carteles. La feria taurina charra no cuaja y, en esta nueva edición, no ha logrado aprobar en ninguno de los parámetros. Menos público y muy poco, apenas detalles, lo destacable en la arena.

Y ya son muchos años de declive. Todos coinciden: uno de los secretos para que renazca, no el único, es bajar los precios, pero eso parece que la empresa no está dispuesta a hacerlo. Da la impresión de que se viene a Salamanca a hacer caja durante cinco días y, después, si te he visto no me acuerdo. Y así va la fiesta de los toros en esta tierra, aparentemente taurina.

Faltan los rejones de San Mateo, el próximo 21, un día para la vistosidad y el adorno. La Feria pasará a los anales de la historia con más pena que gloria. Como la imagen que cierra esta reseña, La Glorieta se mantiene herida de gravedad en la enfermería.

Fotos: Adrián Martín