La Glorieta se llena de ilusión, futuro y afición

La ilusión de los jóvenes toreros por hacer el paseíllo en La Glorieta estuvo a punto de truncarse por la lluvia. Pero el sol salió poco antes del inicio del tentatero público para que más pequeños de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca volvieran a cautivar a los aficionados que han llenado media plaza.

Con vacas de Adelaida Rodríguez y El Puerto de San Lorenzo, durante dos horas y media, más de treinta alumnos de todas las edades demostraron en el ruedo que sí hay afición y que el futuro está asegurado. Bajo la atenta mirada del equipo de la Escuela (José Ignacio Sánchez, José Ramón Martín y Javi Olmedo), los pequeños se fueron enfrentando a las vacas de distintos tamaños y, sin duda, ha sido Marco Pérez, de tan sólo siete años, quien se ha ganado a todo el público asistente.

Todos han tenido su momento de gloria y algunos lo han querido aprovechar brindando sus faenas a familiares y ganaderos. Sin duda, hoy se ha podido disfrutar de los inicios de muchos nombres que en unos años se anunciarán en los carteles, aunque han sido los más pequeños quienes se han llevado las ovaciones más sonoras de la tarde. El cantalpinés Ismael Martín, Rodrigo, Marco, Diego, Ángel, Marcos López, los hermanos Manuel y Esteban Tabernero, María o Kevin han triunfado, unos por su su buen hacer, otros por su desparpajo, y seguro que varios llegarán lejos porque hoy hay quedado claro que "torero se nace".

AL HILO DE LAS TABLAS

SALAMANCA Y SU GLORIETA ESTÁN CON LA FIESTA

Dentro del atractivo programa cultural taurino que ha elaborado la empresa, con la tarde nublada, cerca de la media plaza y entrada gratuita, se han dado cita todos los alumnos de esta Escuela Taurina de Salamanca para una clase práctica. Y daba gusto ver la plaza con tanta gente joven y niños, muchos de ellos acompañados de padres y abuelos, estampa de otros tiempos que a servidor se le antojaron muy lejanos, veremos si esto cobra fuerza y vitalidad.

Se ha tratado de enseñar la Fiesta desde los más tiernos orígenes. En el ruedo los chavales de esta Escuela son el caladero y depósito de los que han de sustituir un día a las figuras más señeras del escalafón; una Escuela que sigue su curso y enseña cuanto menos las reglas básicas de está zozobrante carrera del arte de torear, sin que por ello se pierdan los valores esenciales educativos, así como los de escolarización y estudio.

Paseíllo nutrido de chicos niños en muchos casos, que durante la tienta cada cual ha interpretado la faena a su modo, claro que hoy, les pesaba más la responsabilidad, al saberse ante tanto público, familiares, y amigos de los mismos, actuaciones de este mosaico de jovencísimos aspirantes, que evidentemente no vamos a cuestionar; tiempo habrá para ello, donde todos fueron recompensados con aplausos y ovaciones por parte de los asistentes, expectantes en mayoría de ver y sentir qué es lo que se cuece en la Tauromaquia y saber de primera mano, cómo es el aprendizaje, muchos de ellos sugestionados ante el desparpajo demostrado por muchos de los protagonistas, las becerras tentadas, lucieron un tono suave y regalaron muchas embestidas, unos derrocharon valor, quietud, arte. O sea los primeros pasos, y las mimbres necesarias para ir escalando posiciones desplegando unos y otros lo que van asimilando en las tientas de campo. Como digo todo un ramillete de chicos allegados de todos los pueblos de la provincia hasta donde llega esta escuela taurina.

Fue todo un agradable suceso, más aun cuando una becerrita "mamona", pero incansable a la hora de embestir, puso de manifiesto a los más infantiles, niños que alguno ya tiene el toreo metido en la piel manejando los engaños con destreza inusual para la edad, cierto algunos más entonados que otros, pero que en nada desentonó de esta tarde, que muchos descubrieron por ser incluso como pude comprobar que se asomaban a esta plaza de La Glorieta, que hoy recibió con una sonrisa y mucha alegría al recordar aquellos tiempos más juveniles. Mañana, una nueva prueba está ya con erales para los más avanzados novilleros de esta Escuela que continúa viva.

Esta es, en definitiva, la pujanza de la Fiesta taurina, es el pilar fundamental donde se asienta, el que más debemos potenciar y ayudar, si no esta "bendita" Fiesta se resentirá, y no solo eso, ya que se irá alejando del sentimiento humano que trae consigo la alegría, la emoción y la ilusión. Por tanto, privada de la vitamina esencial de la juventud de la sangre nueva, de la vitalidad, hay que alimentar, dar oportunidades, ver, descubrir jóvenes que llegan, cuál es o son aquellos que tienen madera, afición ganas, gracia. Pues en esa encrucijada, en esa esperanza, incluso en esa quimera, vive el aficionado.

Fermín González comentarista Salamancartvaldia