El sufrimiento de los débiles para hacer más ricos

Por muchos que se lancen mensajes optimismtas respecto a la economía, la realidad es más cruda y vemos como cada vez existe más desequilibrio económico y lo pone de manifiesto diferentes informes y estudios, de todo tipo, que se vienen elaborando. Los datos de pobreza en el ámbito internacional son muy graves, 1.400 millones de personas sufren de pobreza extrema y 120 millones de afectados en Europa. El último informe que se dio a conocer sobre Desarrollo Humano revela que las 85 personas más ricas del mundo acaparan la misma riqueza que la suma de la mitad de habitantes más pobres del mundo.

Respecto a nuestro país, recientemente hemos visto los titulares de todos los medios de comunicación reflejando la subida, tan espectacular, de millonarios en España en periodo de crisis. Seguimos siendo testigos, en el día a día, del enriquecimiento de unos pocos con el sufrimiento de otros. Sorprende, que con la crisis, los millonarios de nuestro país hayan aumentado en un 24% alcanzando a 465.000 personas y los supermillonarios en 1.776. Nos hemos convertido en el país más desigual de la unión Europea seguido de Letonia.

Esta riqueza desproporcionada se debe en mayor medida a las políticas económicas y sociales que se están aplicando. La relación que existe entre el paro, empleo precario, bajada de salarios y pobreza es evidente, además de las políticas fiscales que se imponen para distribuir la riqueza que favorecen, descaradamente, a los que más tienen. Vivimos con un régimen fiscal muy favorable a los rendimientos del capital que rompe la equidad. Las grandes diferencias de trato entre las rentas del trabajo y del capital, beneficiando a los que más tienen, están propiciando una regresión en la desigualdad sin precedentes, muy lejos de buscar el progreso. Si queremos corregirlo, necesitamos un sistema más justo que aumente las aportaciones del capital, y aquellos que tengan mayores riquezas deberán pagar más que los que tienen menos ingresos, además de actuar con más firmeza y contundencia con el fraude.

Se han encendido las luces de alarma, la brecha entre ricos y pobres crece cada día más y de continuar con las actuales políticas económicas y sociales, del partido popular, iremos al desastre si no reaccionamos.