Domingo de Guzmán. La fuerza de la verdad

Domingo de Guzmán y Haza nació en Caleruega (Burgos) en el año 1170 en el seno de una familia muy creyente, pero su raíz espiritual está en la ciudad de Osma. En ella fue canónigo, él nunca negó su condición, aportando a la orden su experiencia y vivencia de la ciudad de Osma. En septiembre de 1216, en su tercer viaje a Roma, llevará consigo la Regla de San Agustín y un primer proyecto de Constituciones para su Orden. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula "Religiosam Vitam" por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.

Su Orden es más que un grupo de canónigos agustinos, uno de sus principales carismas es "Caritas Veritatis", Amor a la verdad. Después de 800 años los seguidores de Domingo se han extendido por todos los continentes y en espiritualidad, la verdad no es un mero adorno, ésta se manifiesta en su ser más profundo, en su evangelización y en su predicación. Está búsqueda, siempre ha estado al margen de posiciones emocionales y exhortaciones moralizantes, sino se acompaña de una profunda iluminación. Ese amor y búsqueda de la verdad implica hacerlo con fervor, poner el corazón y todo su ser, sin perder lo más importante, la persona humana. No siempre pasó esto, hubo épocas oscuras y difíciles, pero la Orden ha dado grandes frutos en esta búsqueda.

Otro elemento que no debemos olvidar en Domingo de Guzmán es la importancia que tuvo su Obispo, Diego de Acebes. Con él viajará por Francia, Las Marcas, Roma y con él realizará la predicación de Toulouse y Languedoc entre los años 1203 y 1207. Fue su Obispo quien reorganiza el Cabildo de Osma y se hace acompañar de hombres importantes como Domingo de Guzmán, Pedro de Madrid, Domingo de Segovia, Pedro de Ucero, etc,. En Osma se vivirá una vida monástica dedicada al estudio y a la oración en el claustro de la catedral. Muchos de ellos no sólo participarán en la predicación contra la herejía cátara, sino que tendrán una actuación importante en la creación de la Orden de Predicadores.

Domingo muere el 6 de agosto del año 1221 en el convento de Bolonia, su orden ya estaba muy estructurada y tenía ya setenta comunidades en funcionamiento. Inicialmente su fiesta se celebraba el 5 de agosto, luego pasó al 4 y, desde 1969 se celebra el 8 de agosto. En 1217, el año después de que crea la Orden de Predicadores dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. A nuestra ciudad de Salamanca vienen en el año 1222, al año siguiente de su muerte y cuatro años después de creada la Universidad de Salamanca.

Al llegar a Salamanca, se asientan en el barrio mozárabe extramuros, el Obispo de la ciudad, Don Gonzalo, el Deán y el Cabildo les cede una de sus iglesias, San Juan el Blanco, donde edificaron un pequeño convento junto a ella. En 1256, se trasladan a la iglesia románica de San Esteban, intramuros, con todo su cementerio y posesiones contiguas, cedida también por el Obispo y Cabildo de la ciudad. Parece que la iglesia estaba en malas condiciones y los frailes edificaron otra y un convento durante los siglos XIII y XVI. Dos siglos después se empezará a construir el edificio que todos conocemos hoy. Pronto, en 1299 en el capítulo de Barcelona, se creará el Estudio General de la provincia de España en el convento de Salamanca para el estudio de la Teología, asignando como Doctores a Fray Nicolás de Salamanca y Fray Roderico Sancho y Fray Pedro Zamorense, siendo modelo y base en la fundación de muchas Universidades de América.

Por sus paredes han vivido y pensado muchos predicadores en esa búsqueda de la verdad, como Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Diego de Deza, Juan Álvarez de Toledo, Juan de la Peña, Bartolomé de Carranza (arzobispo de Toledo), Diego de Chaves, Pedro de Sotomayor, Bartolomé de Medina, Mancio de Corpus Christi, Antonio de Hontiveros, Domingo Báñez, Pedro de Herrera, Francisco Araujo, de él salieron Pedro de Córdoba y Antón de Montesino, más actuales son los dominicos franceses Gil de Vilanova, Jacinto María Comier o el P. Lagrange, fundador de la Escuela Bíblica de Jerusalén (1890) y su valiosa Revue Biblique (1891) que tanta influencia internacional han tenido y es uno de los pilares de la renovación Bíblica a principios del siglo XX. En el San Estaban restaurado de finales del siglo XIX y principios del XX, destacan el P. Juan González Arintero, el P. Justo Cuervo, el P. Matías García, amigo de Miguel de Unamuno; Luis G. Alonso Getino, Elonino Nácar, Santiago Ramírez, Guillermo Fraile, Vicente Beltrán de Heredia, etc.

En la actualidad la ciudad de Salamanca cuenta una comunidad rica por su diversidad. Está compuesta por unos treinta frailes de ocho naciones, de cuatro continentes de todas las edades desde los veinte y pocos a los ochenta años. Son frailes dedicados a la Teología en sus variantes: Bíblica, Dogmática, Moral; a la Filosofía, al Derecho, a la Historia. Eso implica la investigación, la docencia, no sólo en San Esteban, también en la Pontificia y en otros centros educativos. Los frailes son solicitados para la predicación en distintos lugares de España y de fuera de España: retiros anuales, clases de formación, predicación popular. Los frailes estudiantes se unen a la predicación, animan grupos juveniles, participan en programas de Caritas, en actividades sociales, y sobre todo en la ONG propia (Acción Verapaz) creada entre otros por el dominico Fr. Bernardo Álvarez Cuesta, que fuera también profesor de la Facultad y la Escuela de Teología. La comunidad celebra el Oficio divino y la Eucaristía, tanto en la capilla de Sotomayor, como en la Iglesia de San Estaban. Junto a los frailes participan en muchas de sus actividades, un conjunto de unos treinta laicos de diferentes edades, que viven el carisma dominicano en la familia, en el trabajo, en la parroquia, en la diócesis, formando la Fraternidad de Santo Domingo de Salamanca.

También Salamanca cuenta con una comunidad de monjas dominicas en el Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación "Dueñas", fundado en el siglo XV y en él tendrá mucha influencia las dominicas de Zamora. Dedican el tiempo más precioso del día a la liturgia, a la contemplación y a la oración: contemplan, cantan y celebran la gloria y salvación de Dios. Dedican también tiempo al estudio, no sólo ayuda a la contemplación, es una vía para formar las conciencias en la búsqueda de la verdad.

Señalar la presencia en la ciudad de las Dominicas de la Anunciata, que llegaron a Salamanca con el Obispo dominico Francisco Barbado Viejo. En su afán por vivir el carisma intelectual y de estudio de la Orden, abrieron casa en el año 1961, con el fin de que las hermanas pudieran estudiar en la Universidad de Salamanca. Tienen una residencia universitaria de la Dominica Santa Inés, ubicada en la calle Jesús.

La presencia dominica en la ciudad es amplia, también están las religiosas dominicas de la Congregación Santo Domingo, fundada por la madre Teresa Titos con el deseo vivir el espíritu dominicano. En Salamanca están presentes con un centro de formación y cultura y un hogar de acogida al servicio de la juventud femenina universitaria mediante la Residencia de Santa Rosa de Lima en la calle Miñagustín.

Dentro de la provincia hay que destacar la presencia de dominicos en la Peña de Francia, siempre con la sonrisa y el saludo del padre Ángel con ayuda del padre Rafael. Allí la presencia de la Orden se remonta al año 1436, sólo interrumpida en los difíciles años del siglo XIX. No podemos olvidar a la comunidad de dominicos de Babilafuente, Fray Pedro, Quintín y Luis; que llegaron a las parroquias de Villoria y Villoruela en el año 1980, junto con Fray Bernardo Cuesta. Su labor pastoral, social y cultural ha sido un valor para las parroquias y la comarca, danto un testimonio evangélico desde la fuerza de la verdad y la predicación.

Santo Domingo, que la liturgia llama Doctor Veritatis, nunca concibió el estudio de la teología como un fin en sí, sólo podía estar orientado al servicio de la verdad. Esto fue subrayado de forma intensa por Santo Tomás de Aquino, que introduce la palabra "verdad", en la primera frase de sus dos grandes obras: La Suma Teológica y La Suma contra los Gentiles. La verdad, recordaba Timothy Radcliffe, revela en primer lugar la belleza y la bondad del mundo de Dios, también su sufrimiento y su pena. La auténtica verdad de la que hablamos es Dios, qué es una verdad revelada, pero está también más allá de nosotros transcendiéndonos. Dice la espiritualidad dominicana: "El silencio vuelve casi trasparente lo indecible, canta lo inefable. Y es que la verdad no es lo se dice sino lo que acaba de decirse. En realidad, la verdad es el silencio más que las palabras"

Cuántas veces, Emmanuel, he querido

mostrarte lo que sé para que tú me digas

las cosas que no pueden aprenderse.

Yo te hablaré de Ulises, que viajaba

buscando a su familia. Y de Francisco

que huyó de su familia hacia la nieve

y fue misericordia entre los lobos.

De Eckhart, de Hildegarda, que en la nada

abrieron una puerta a lo que oriente

tenía de común con occidente

por sendas del amor, que todo lo abre.

De Edith, la judía, y Federico

que amaron contra el tiempo de su tiempo

y fueron sepultados en la noche

de todos los espantos de algún tiempo.

Un día te diré por qué mi voz es tan terrible

aun siendo, como soy, un hombre bueno.

Y tú serás la más honda alegría,

mi vida en otra vida, mi terrible

razón para abrazar el signo incluso

del tiempo que no tengo por delante.

Tú, con tus 4 azules años,

el hijo de mi hermana, mi otra alma;

mi amigo, mi Emmanuel, el compañero

del siglo que sin ti no emprendería.

Antonio Praena (fraile dominico). "Enmanuel" De Actos de amor .Premio Nacional "José Hierro" 2011