¿Cuándo nos tomaremos en serio la contaminación?

En estos días se ha publicado el informe sobre la "Calidad del aire en el Estado español durante 2014" de Ecologistas en Acción, junto a otros de otras entidades y organismos, y a las puertas de uno nuevo sobre Cambio Climático del Panel Intergubernamental de Expertos (IPCC ) auspiciado por la ONU. El documento recoge, utilizando los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más exigentes que los de la Unión Europea, que la práctica totalidad de la población española y del territorio están expuestos a niveles de contaminación que superan las recomendaciones. La propia Unión Europea, con criterios más laxos, habla de 27.000 muertes prematuras anuales en España por afecciones derivadas de esa contaminación, hace no muchos años hablaba de 16.000.

Insisto sobre estos temas desde hace tiempo para llamar la atención, con frases como "la contaminación mata". Seguimos sin reflexionar en profundidad, en especial durante las campañas electorales, sobre los serios problemas de nuestro modelo de desarrollo, que encima se basa demasiado en la especulación. Es indudable que la calidad de vida conseguida en el mundo occidental es impresionante, sobre todo por alcanzar a casi toda la población, aunque últimamente se "trabaja" más en agudizar las desigualdades. Seguramente esto hace que olvidemos que nuestro bienestar se consigue a costa de una mayoría que no lo tiene, y que el modelo no se puede generalizar a todo el planeta puesto que se necesitarían los recursos de varias Tierras, además de no tener futuro.

Descendiendo a Salamanca se puede decir que poco podemos aportar. No es una metrópolis de talla mundial altamente industrializada. Pero una duna no es más que la acumulación de millones de granitos de arena. Sin un sector industrial de relieve y con el cambio de las calefacciones a combustibles menos contaminantes (aunque con demasiadas calderas individuales), es el tráfico de vehículos nuestro principal punto negro. Recordemos, una vez más, que sólo el 23% de los viajes capitalinos se realizan en vehículo privado, y que todos los días más de 90.000 coches acceden a la ciudad desde su entorno. Apostar de verdad por un sistema de transporte público local y comarcal eficiente y eficaz es inevitable como alternativa, como insisten los planes de tráfico o movilidad, además de preservar y apoyar al peatón y sin olvidar la aportación de la bicicleta.

Y como hablamos de la salud de las personas, respetar las normas y protocolos que las autoridades aprueban es fundamental. Salamanca tuvo 4 estaciones medidoras de contaminación, reducidas a 2 tras viajar por el término municipal para acabar donde se atenúan sus mediciones. Se han establecido fórmulas para avisar a la población cuando puedan existir problemas derivados de superar los límites legales de contaminación. Pero resulta que esas mismas autoridades que establecen y aprueban las normas, parecen hacer todo lo posible por obviarlas, se olvidan de avisar a la gente o aparecen sorprendentes averías que tardan en arreglar. Eficaces vamos. ¿Por qué cuesta tanto reconocer que tenemos problemas, y que hay que tomar medidas para corregirlos?, ¿por qué la mentira sigue saliendo tan barata en nuestra política?

Los costes sanitarios derivados de la contaminación en España, según la OMS, son de 46.000 millones de euros. Importar combustibles fósiles para nuestro modelo energético, que provoca en gran medida esa contaminación, nos costó en 2012 casi 62.000 millones de euros, según el Consejo Nacional de la Energía. En un momento de crisis de un modelo económico (y otras cosas) insostenible, y sobre todo de recortes en derechos y políticas sociales, parece que existen otros sitios para "recortar". Y encimas es más sano y barato para todos.