A más ingredientes mejores aromas

¿Quién no cree que seis o siete ingredientes consiguen un plato más elaborado? Tan de moda que se han puesto los programas de cocina, que hemos aprendido todos que las especias, por ejemplo, bien empleadas y en su justa medida dan a nuestros platos aromas y gustos que potencian algo que, simplemente con sal y pimienta, no alcanzaba el mismo grado de perfección.

Un ejemplo, este de la cocina, que bien podríamos aplicar a nuestro nuevo mapa político, hasta ahora vestido de dos colores que han sumido a este país nuestro en la tristeza, la agonía, la indignación y la falta de ilusión. Hemos tardado, y es que en España aún falta cultura democrática, y mucha, en darnos cuenta de que lo que habíamos escogido no ha sido nada positivo para la España de todos. Una España con muchos millones de personas. Con gente muy distinta, con demandas de distintos colores y ahora el mapa cambia, y ya no es azul o rojo o rojo y azul, ahora hay más colores, diferentes, nuevos, con posibilidades de crear algo distinto, con esperanza de que así sea.

Hay quienes siembran, o pretenden sembrar, con la palabra inestabilidad el miedo, pero ¿por qué, que existan diferentes y más representantes de todos dará inestabilidad? Inestabilidad señores, y es una opinión muy personal, la da no saber qué sucede en las esferas del poder, la da enterarse de la corrupción de quienes nos representan, la crea ese miedo que los que están tienen a lo nuevo. ¿De qué tienen miedo?, ¿qué les crea tanta inestabilidad? ¿Que ahora vaya a haber muchos más ojos vigiando lo que se hace con lo que de todos es? Pues a mí, particularmente, y viendo lo que se ha cocido en este bipartidismo, lo que me da es seguridad. ¿Por qué? Pues porque estarán más ojos vigilando lo que sucede, más personas, nuevas, con esperanza en cambiar para mejor lo que de todos es y a todos nos interesa.

Miedo empecé a tener yo cuando, semana sí, semana también, abría el periódico con casos de corrupción, con nombres de políticos del más alto nivel con las manos bien manchadas?cuando empezamos a vislumbrar que la mierda y la corrupción parecían no tener límites. Hoy sin embargo no tengo miedo, quizá incertidumbre sobre cómo se desenvolverán las cosas y mucha esperanza, porque sí creo que a gritos se reclamaba un cambio, una ruptura con lo ya conocido, nuevos horizontes?y ese cambio ha llegado.

Me son absolutamente indiferentes los colores, lo que me importa es que la gama haya crecido, saber que detrás de ellos hay personas con ilusión, con ideas nuevas, con ganas de que lo público sea público, de que sepamos qué se cuece en la cocina que a todos nos alimenta, de que esos que llegan lo hagan no con vocación de permanencia sino de servicio público y de interés general.

La política no es una profesión, es un servicio público. El interés general no es de unos pocos, es el nuestro. Deseo y espero confirmar que los que han llegado dibujen un nuevo escenario, uno transparente, uno para todos, y mantengan la ilusión y la creencia de que es posible hacer bien las cosas sin ensuciarse las manos.

Demasiada ambición, demasiado interés particular, demasiada desinformación y demasiadas promesas incumplidas han traído un nuevo panorama. Quienes lo hemos sufrido, los españoles, lo hemos manifestado legítimamente el día 24 y hemos dado la oportunidad a unos de reflexionar sobre lo que han hecho y a otros de demostrar que gobernar de otra manera es posible. Todos tenéis unos meses para demostrar que habéis captado el mensaje, deseo que así sea, por mi bien, por el de todos.

Marta FERREIRA