El lobo vuelve a atacar, ahora en Lumbrales, y deja tres ovejas muertas y cinco malheridas

Como vienen denunciando los ganaderos de Sobradillo, Bañobárez y Ahigal de los Aceiteros, en esta zona ?en los límites del Parque Natural Arribes y que abarca las comarcas de Ciudad Rodrigo y Vitigudino con el río Águeda de por medio?, se asienta una manada de lobos. La muerte de un cánido hace una semana abatido por la Patrulla de Control del Lobo en el término de Puerto Seguro, no ha sido suficiente para poner fin a los ataques, que desde hace más de tres meses vienen sufriendo distintas explotaciones de ovino de la zona.

Ahora, el lobo amplia su territorio en busca de alimento después de que la mayoría de los ganaderos de los municipios afectados en primer término hayan extremado precauciones, y en la madrugada pasada llegaba a 500 metros del casco urbano de Lumbrales para atacar una explotación de ovino de leche propiedad de Mª Cruz Peña Pérez. El resultado, tres ovejas muertas y cinco heridas, "cuatro de ellas se morirán", señala su propietaria, como confirma que la Patrulla de Medio Ambiente ha corroborado que la autoría del ataque es de un lobo.

Sin seguro contra ataque de cánidos, a Mª Cruz Peña le queda la posibilidad de reclamar los daños a la Junta de Castilla y León por vía patrimonial, aunque señala que más que la pérdida económica por la muerte de siete u ocho cabezas de ganado, lo que mayormente teme son las consecuencias que el estrés por el ataque provoca sobre el resto del rebaño, pues muchas de ellas sufrirán una reducción considerable en su producción de leche. Se trata pues de unos daños que no puede cuantificar en estos momentos, como tampoco puede cuantificarse el trastorno que un hecho de estas características causa sobre el propietario de la explotación, "como si no tuviéramos suficientes cosas de las que preocuparnos".

Por ello, Mª Cruz Peña en lo que más insiste ?especialmente? es en que "hagan algo para que podamos vivir y dormir tranquilos por la noche, en este tiempo el ganado necesita comer por la noche, no se puede tener encerrado en la nave, y estos ataques son una pérdida de todo, no solo de las ovejas muertas, porque índice en nuestras vidas".

De este último suceso tomaban nota la Guardia Civil de Lumbrales, Seprona y agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, según la propietaria. El ataque se producía en una explotación de ovino de leche situada a unos 500 metros del casco urbano, en el paraje conocido como Pozo de la Gallega, y de él tenía conocimiento su propietaria entre las 6.30 y 7.00 horas, "cuando íbamos a ordeñar".