¡Que vienen los rojos!

Atónito se queda uno cuando ve en los "mass media" la campaña de desacreditación, vilipendiosa e injuriosa que la orquesta sinfónica de la derechona casposa está llevando a cabo sin represalia alguna y con total impunidad contra todo lo que se mueve fuera de su "órbita" al son de "¡que vienen los rojos!".

Nos llaman etarras, yihadistas, norcoreanos, comeniños, o incluso a veces todo eso junto, lo que es el colmo del despiporre. Están muy nerviosos, expulsan espumarajos y bilis por la boca cada vez que en los debates y tertulias les rompemos el esquema y les dejamos en ridículo, porque como decía Gramsci:"La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados "orgánicos" infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios". Están muy nerviosos, pues su régimen se derrumba. Están muy nerviosos, porque sus cuentos ya no calan más en la sociedad, sociedad hastiada de tanta mentira y tanto circo.

¿Y saben por qué? porque desde que somos chiquititos nos intentan enseñar que los comunistas se comen a los niños, y ahora vemos a niños que no comen; pretenden inculcarnos que con el comunismo uno no puede tener casa, y vemos todos los días cómo cientos de familias son expulsadas de sus hogares por la avaricia de unos banqueros desalmados; nos meten en la cabeza que con el comunismo uno no puede ir en contra del partido porque te encarcelan o matan, pero vemos como cada vez más nos intentan callar con leyes mordaza o privatizando la libertad de expresión y comunicación. Y así con todo.

Óiganme, si ser rojo es ser radical (entendiendo el radicalismo partiendo del concepto griego) porque quieres cambiar las cosas de raíz, porque se acabaron las medias tintas, los parches y lo políticamente correcto, entonces yo soy rojísimo. Y por eso mismo soy demócrata, porque la democracia no es votar cada 4 años, la democracia es el poder del pueblo, de la mayoría, y lo que veo es que gobiernan 4 mamones en beneficio propio en contra de la gran mayoría social, porque Marx tenía razón:

"Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases."

Por eso soy demócrata y por eso soy rojo, y a mucha honra.

Ustedes sigan ladrando puesto que eso será señal que cabalgamos. Por favor, continúen.