El primer ascenso de Unionistas

Siete meses después del primer partido de la historia de Unionistas de Salamanca C.F. ha llegado su primer ascenso. El pasado domingo 12 de abril, tras vencer 3-0 al Real Monterrey, que heredó de la añorada Unión Deportiva Salamanca el decanato del fútbol local, Unionistas ganaba la condición de equipo de Regional ante unos mil quinientos aficionados. No más del triple, y a veces no más del doble, acompañaban a la difunta Unión en sus partidos de Segunda B, para calibrar adecuadamente el escaso apoyo con que contaba el club representativo de una ciudad que se paraliza por un Madrid-Barça pero ni se inmutó ante la pérdida definitiva de su Salamanca.

Hoy el más respaldado entre los clubes locales es Unionistas. Haber arrancado en la más baja de las categorías y establecer con la UDS una relación de homenaje, nunca de continuación o sucesión, ha sido suficiente para que muchos aficionados unionistas nos reconozcamos bien definidos por este proyecto que lleva por nombre nuestro adjetivo. No somos todos los unionistas, aunque sí muchos, pero sí todos somos unionistas. Y los que vengan y se sumen en el futuro, nacidos más allá del gris 18 de junio de 2013, sabrán que llegan a un sentimiento surgido de otro del que se hace memoria viva pero no suplantación.

La apuesta es arriesgada. Un club de socios con vocación de convivir y competir, a medio plazo, con clubes-empresa, si es que inventan algo para dar viabilidad a esa burbuja, sostenible en tantos casos gracias a dinero público, una ruta que no debiera transitarse y que consolida la desigualdad. La apuesta es también valiente. Un club que no renuncia a ir conquistando el corazón de todos, pese a que unos pocos, cegados por una misteriosa inquina, sigan ignorando la realidad de una masa social relevante o acusando al club de no se sabe muy bien qué delitos. Y la apuesta es romántica. El fútbol de los domingos a las cinco. El de las asambleas de socios. El de cantera. El de viajes en familia.

Un campo de juego de mayores dimensiones, con una grada adecuada, y el pronto ascenso a Tercera, que será trabajoso y apasionante, son las siguientes metas de un camino sin atajos hacia las estrellas.