El Cristo Yacente regresa a la villa para salir a las calles en Semana Santa tras su restauración

La Cofradía San Nicolás de Bari, de Vitigudino, presentará el próximo sábado en la iglesia parroquial el cartel anunciador del programa de actos para la Semana Santa, acto en que también se expondrá la imagen del Cristo Yacente recientemente restaurada. El acto tendrá lugar a las 20.00 horas y concluirá con un recital de guitarra española a cargo de Alberto Astillero.

La imagen del Cristo Yacente ha sido sometida a un intenso proceso de restauración que comenzó en el mes de julio de 2014 y cuyo coste ha rondado los 25.000 euros. Una cuarta parte de esta cantidad, 6.000 euros, ha sido costeada por la Cofradía mediante fondos propios y una aportación de 1.500 euros realizada por la Parroquia, colaboración que destacaba el presidente de la Hermandad, José Ángel Mota, al mismo tiempo que señalaba la escasa respuesta vecinal a la llamada de la Cofradía ante la necesidad de recibir donaciones con este fin.

Desde la celebración de la Semana Santa 2014, la Delegación de Patrimonio de la Diócesis de Salamanca recomendó no procesionar con la imagen del Cristo Yacente, perteneciente al paso de 'La Urna', debido a su mal estado de conservación, advirtiendo de que la talla se encontraba muy afectada, con grandes grietas y un avanzado estado de deterioro como consecuencia de un ataque de xilófagos.

La talla, en madera policromada y de una única pieza, es una imagen de autor anónimo pero de gran valor artístico, espcialmente por datar del siglo XVI. Tras la catalogación por parte de Patrimonio, y reconocido su gran valor, las recomendaciones prohibían mover la imagen ante el riesgo de que se partirse en dos piezas, por lo que exigían su inminente restauración. De no llevarse a cabo estas indicaciones, hubiera quedado totalmente prohibida su salida procesional y hubiera tenido que permanecer acristalada de forma perpetua para evitar un mayor deterioro.

Tras esta recomendación, miembros de la Junta Directiva de la Cofradía San Nicolás se pusieron en contacto con la Delegación de Patrimonio de la Diócesis y la empresa de diseño, arte y restauración Sacro Sacralia, para realizar un estudio detallado del estado y el coste de dicha restauración.

Del informe técnico, se desprendía que la talla estaba oscurecida por la oxidación del barniz, negro de humo y varias capas de aceite, por lo que se planteó llevar a cabo las reparaciones estructurales necesarias con el fin de lograr una importante recuperación de la estructura y alcanzar una conservación homogénea de la obra.

No sin un gran esfuerzo detrás, la Cofradía consiguió la colaboración de la Diócesis de Salamanca para incluir la restauración y conservación de la talla en un proyecto abierto al público y su posterior exposición durante al menos 6 meses, lo que ha reducido el coste de la reparación en al menos un 80% de su coste real, que según las estimaciones iniciales rondaría los 25.000 euros, incluyendo gastos de trasporte y seguros. Gracias a esta posibilidad el coste final de la restauración para la Cofradía era de 6.000 euros.

Por el momento, como indicó el presidente de la Cofradía a este diario, la Diócesis aún no ha definido la fecha en la que requerirá la imagen para su exposición al público, aunque según José Ángel Mota, "podría ser en la edición 2016 de la exposición las Edades del Hombre y que aún se desconoce dónde se celebrará".

Proceso de restauración

La limpieza de la talla resultó más complicada de lo diagnosticado, lo que obligó a realizarla con mucha meticulosidad, cuidado y paciencia, debido a la existencia de una capa de suciedad gomosa, aceitosa y muy incrustada, compuesta por agentes externos resultado del tiempo y, sobre todo, de intervenciones y acciones humanas que dificultaron su eliminación, lo que dilató la restauración para evitar pérdidas en la policromía original. Se encontraron sustancias como betún de judea, harina, cera de velas y, por supuesto, mucha suciedad típica. Asimismo, una mitad del Cristo presentaba un peor estado debido a su exposición de cara al público.

Una vez terminada la limpieza, la talla fue sometida al sellado de grietas que dañaban la lectura visual de la obra y de aquellas que suponían un riesgo para la integridad de la imagen. Posteriormente, para su reintegración, se aplicó a la talla la técnica del rigattino. Esta técnica consta de múltiples rayas de colores hasta alcanzar la tonalidad del pigmento original. La última fase de la restauración ha consistido en aplicar una protección final a fin de proteger la obra de agentes externos en un futuro.