En buena dirección

Resulta cuanto menos muy agradable contemplar la noticia de que un periódico, vía Internet en este caso, Salamancartvaldia.es, se anuncia con total libertad, en toda su estructura. Así la satisfacción que produce su autonomía económica, como también es de felicitar el que su línea editorial y su ideario político sea la pluralidad de los que conforman la opinión cada día.

Todos sabemos que muchos de los periódicos existentes se han movido siempre bajo el influjo de las subvenciones, de los acomodos del poder, dirigidos en buena medida por "paladines" periodísticos de buena familia y mejor cabeza. ("-todos les conocemos o hemos conocido"-). Pero, sin embargo, quedaban en entredicho cuando no repudiados por aquellos que querían una prensa informativa veraz, crítica, sin disimulo de la realidad y fácil de entender por el lector. Ocurre que salvo aquellos que se han podido pagar el lujo de la libertad, pocos, en el resto; el periodista, comentarista o crítico, ha estado siempre obedeciendo las directrices de la "superioridad", con la cual, nunca tendrá la osadía de discutir y poner su opinión sobre la mesa. Todo ello muchas veces por un sueldo de miseria. Y si protesta hay cientos de compañeros esperando. Este cuadro que se pinta como una realidad cruda y actualizada de los medios de comunicación supone casi el fin de las ideas. Y el periodista, el comunicador, de tales grupos mediáticos se convierte en un ser carente de personalidad.

Cuando uno se incorpora para colaborar, para aportar algún conocimiento, participar de alguna idea o iniciativa, aunque estés curtido en mil plazas, siempre lo haces de puntillas, un tanto azorado y dudoso, con el humano sentimiento de, como serás recibido, que impresión causas, incluso, preocupado quizás, por parecer incorrecto. Algo natural que se va disipando cuando la confianza, la sinceridad y el buen humor sintonizan con aquellos que te reciben, como es el caso.

Un amigo común y un par de llamadas con Juan Carlos (Director de www.salamancartvaldia.es), ha sido todo el esfuerzo que hemos hecho para colaborar con este Salamancartv.es, que en poco más de un año de existencia y a la vista de su acogida y colaboración por las mejores plumas y cabezas de esta Salamanca de "nuestras entretelas", tiene buena "pinta". Evidentemente acaba de nacer, pero no le falta ilusión para crecer y así poder llegar la información, el reportaje, la tertulia, y todos aquellos acontecimientos que se susciten tanto en la Capital como en la provincia. Hoy vemos con satisfacción su expansión en todas las Comarcas y Villas. Tenemos cumplida información y detalles de lo que allí ocurre y así nos hemos acercado más a nuestros pueblos, - que buena falta hacia- Han sido varias las revistas, periódicos, emisoras y televisiones, que comenzaron en esta ciudad llenos de esperanza, de ilusión, de esfuerzo y trabajo, y, luego esas mismas cualidades se fueron extinguiendo hasta llegar su final. Sé que no es nada fácil, que en una provincia como esta, sin movimiento industrial, sin mucha protesta, muy condescendiente con lo establecido, sin apenas exigencia y compromiso político, aparezca un grupo editorial y periodístico libre de ataduras de toda índole y pueda ofrecer en plena libertad y sin cortapisas, ideas, opinión, denuncia, investigación, información clara y consecuente a sus lectores y oyentes, con esa emisora en directo, que viene a fortalecer al dial que ya se encontraba operativo. Dicho esto, como servidor pone el oído, y observa, en algunos mentideros y barras de café, hay gentes que no les gusta poco o nada la opinión libre y acertada de este periódico ?digital- y tratan de desprestigiarlo. Yo desde aquí os animo a no desfallecer, a que no permitáis que los agoreros y envidiosos, enemigos de todo, os lleven al desánimo. Estos, y no otros son los que procuraran quebrar vuestra ilusión, y sembrar el confusionismo hasta desperdigaros. Mantenerse unidos en la seriedad, en la confianza, en la comunicación y sinceridad, son las bases esenciales, para que los caciques desistan. Seguro que no es nuevo para vosotros, pero no está demás tenerlo presente. Estos "apóstoles" del contubernio presumen de saberlo todo, y lo peor, no saben escuchar ni tampoco ver.