Ya empieza el baile

Las entretelas políticas y politiquillas ya están en danza. Todos los partidos andan de reunión en reunión. Las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta del año, exactamente el 24 de mayo de 2015, y los que se dedican a la cosa no pueden perder el tiempo. Es la hora de los que se van y de los que llegan. Como un río en tiempo de sequía cuando vuelven las lluvias. Es una especie de ritual que se produce inevitablemente cuando se acercan los comicios. En esta ocasión más porque el río está muy revuelto y lleno de pescadores en sus orillas. Por supuesto que lo autonómico no es lo mismo que lo municipal, pero desde la operativa de los partidos todo se presenta bajo un mismo prisma.

Aunque relativamente, porque para el PP no va a ser igual la pelea autonómica que en los ayuntamientos. En Castilla y León están convencidos que ganarán, aunque no sea arrollando de la forma que lo ha hecho desde los tiempos de Juan José Lucas. Creen que los electores les castigarán, pero no tanto como para sacar a Juan Vicente Herrera del Colegio de la Asunción. Donde tienen el "canguelo" es en los ayuntamientos. Pueden perder capitales y pueblos de gran relevancia, así como diputaciones. En principio, el PP lo debería entender como algo normal, pues de hecho ya en otros períodos el PSOE ha gobernado en sitios como Salamanca, Zamora, Palencia, Segovia o Valladolid, por poner algunos ejemplos. Pero es que en estos momentos el PP tiene casi el copo: manda en todas las capitales (menos ayuntamiento de Segovia y Soria) y en las nueve diputaciones. Además de otras poblaciones importantes, con excepciones señeras como Ponferrada o Medina del Campo, en las que deciden los socialistas.

A Juan Vicente Herrera, por eso, le "obligan" a seguir, tanto desde Madrid como desde su círculo de intereses, esa nube de papistas que siempre suelen rodear a los que mandan. Salir en socorro del vencedor es algo natural y humano, y en esta tierra no falta ese tipo de gente que considera que sin Herrera Castilla y León sería un desastre. Vamos, ¡cómo si no lo fuera ya!. Consideran algunos políticos del PP de Castilla y León que Juan Vicente Herrera es un bien seguro; tienen miedo a poner en circulación una nueva cara, con lo que cuesta mediáticamente darla a conocer a los votantes. Cosa que me sorprende porque, con el poder que tienen en la Junta vía publicitaria en televisiones, radios y medios escritos, en cuatro días pueden hacer parecer que otro candidato sería como el Obama de los mejores tiempos.

Pero se entiende: "en tiempos de turbación - ya se sabe - no conviene hacer mudanza", y por eso no le quedará al líder burgalés más que seguir en el calvario. El quiere retirarse, pero no puede. Y otros que quieren llegar no les dejan. Ahí siguen las especulaciones: que si Rosa Valdeón, que si Antonio Silván, que si Alfonso Fernández Mañueco (últimamente con menos "hooligans", lo que a lo mejor le favorece), que si Carlos Fernández Carriedo, que si Fernando Martínez Maíllo (tela marinera)?Los hay que ya lo tienen claro: continuará Juan Vicente Herrera y habrá que ver los signos que genera su primer gobierno porque ahí estará el sustituto/a, ya que él se iría a media legislatura o antes.

En cualquier caso, el PP ya está preparado para la hecatombe en las municipales. El mapa político se moverá, y mucho. Y no sólo por el cisco que está generando "Podemos", "Ganemos" y demás "revolucionarios". Serán unas elecciones muy divertidas porque generará muchos cambios. Servirán también para saber por dónde marchará el futuro. Las encuestas que están saliendo no sabemos si sirven para orientar o más para desorientar porque el carajal en el que nos movemos no tiene a todos desconcertados.

Así las cosas, con la corrupción como gran comidilla diaria y el ingreso en prisión de famosos como Isabel Pantoja, aprestémonos a esperar lo mejor y lo peor. Los mapas cambiarán de color, y se incorporarán otros, como UPyD y Ciudadanos, que no han logrado ponerse de acuerdo para unirse.

Los políticos, en muchos casos muy ceporros, seguirán rigiéndonos, incluyendo a todos esos ciudadanos que se muestran esquivos, que no quieren votar y que se abstienen o lo hacen en blanco. Pasará lo que pase, criticaremos la cruel realidad que vemos y sufrimos, pero dentro de cinco meses nadie nos librará de las urnas.

Afortunadamente. Y es que, hay que recordarlo, "la democracia es el menos malo de los sistemas políticos.". Esperemos, de todas formas, que haya una catarsis y esto se arregle un poco. Aunque sólo sea un poco.