Cogalad: tiempo al tiempo

En estos tiempos, en que la crisis se ha llevado por delante proyectos, empresas, inversiones y puestos de trabajo a mansalva, parece que sólo han quedado los rastros humeantes de tiempos mas prósperos en forma de corrupción y desanimo. En este rincón pobre nos encontramos con noticias alegres y frescas: COGALAD cumple 25 años de vida.

Una cuarto de siglo en lucha. Una lucha que vivieron sus impulsores al ver como planeaba sobre sus cabezas el fantasma de alguna otra cooperativa derrotada por el fracaso de la mala gestión y lucro de unos pocos: CRAMSA, en Ciudad Rodrigo: a la que la práctica totalidad de ellos había pertenecido. Una lucha que permanece en el tiempo. La ilusión de un buen puñado de personas, que desde un pueblo, Valderrodrigo, salieron de sus límites en busca de futuro para toda una comarca ha perdurado en el tiempo, dando mas señales de vida de las que parece. Lucha frente al maldito individualismo (a veces fundado), que nos caracteriza, frente a fracasos en proyectos y a enemigos que se presentaban como aliados. Todo ello unido al bregar diario, que ya es bastante.

Han sido 25 años de permanente cambio y transformación: Por un lado han mutado con las circunstancias de un sector azotado por todos los cierzos, viendo ante sus propias narices cómo se desmontaba la viabilidad de funcionamiento, producción y mercado para aquello que con gran esfuerzo se habían puesto en marcha los efectivos necesarios. Así mismo el cambio ha sido obligado por la implacable necesidad de crecer en infraestructuras, personal, producción? Un crecimiento que ha cristalizado a la hora de formar parte de cooperativas de segundo grado con DEHESA GRANDE, como inevitable botón de muestra. Si no hubiera habido este permanente compromiso con el cambio, a veces asustante, COGALAD habría muerto.

Pero sigue viva. Viva y fuerte por que tiene en cuenta su propia fragilidad. Una vulnerabilidad que cristaliza en suelo que pisa: pobre, envejecido y despoblado pero con horizontes siempre nuevos y la disposición de lanzarse a ella.

Los rótulos verdes con se anuncia, denotan esperanza en el presente que les lanza al futuro. Es cierto que bien facil ver los defectos, marcar los fallos y reprochar los proyectos abortados. Pero eso lo hace cualquiera. Mas difícil es valorar serenamente lo que se ha hecho bien, agradecer el trabajo de tantas personas; especialmente de los que ya no están, buscar puntos de ilusión y relanzamiento para poder seguir viviendo. En un mundo en el que todo muere.

Deseo para COGALAD, que siga siendo capaz de plantear propuestas, siempre globales y a medio plazo, que faciliten la adaptación a los nuevos tiempos y canalicen posibilidades reales para que en este rincón se pueda hacer vida.

Por eso: COGALAD, BUENA SUERTE Y ENHORABUENA POR TODO!!!

Antonio Risueño Pérez