Directo al corazón

No tengo nada en contra del préstamo de libros. ¡Qué sería de las bibliotecas! No obstante también existen esos tipos de libros que no se prestan nunca, libros que en momentos "de bajón" los puedes necesitar y se convierten en imprescindibles en tus estantes. Sin embargo, se puede y se debe decir el título a los amigos para que los adquieran y obtengan idénticos beneficios. "Tan alta como un ciprés" es uno de esos títulos y sus autoras son nueve mujeres que un día fueron secuestradas de manera dramática y lograron fugarse de sus captores.

Nueve cánceres las querían llevar por el camino del silencio, mas entendieron que como pertinaces bumerangs debían luchar una y otra vez para ganar la partida a esa naturaleza que las estaba poniendo a prueba. Mujeres llenas de vida, demasiado bellas, demasiado majas, demasiado jóvenes, demasiado Conchas García Campoy, un ejemplo de quien no superó el trecho y fue un cadáver lleno de salud. Pertenecía a ese tanto por ciento "cada vez más reducido" que está siendo acechado por la ciencia.

Unos científicos que trabajan sin desmayo y con limitados recursos. Y en ello, en facilitarlos, están empeñadas las nueve heroínas de "Tan alta como un ciprés". Un libro directo al corazón que los que sólo tenemos la palabra a veces se nos queda muy pequeña para reconocer la gran labor que unos y otras están realizando, pero sí entendemos algo y sabemos que no hemos venido al mundo para morir, sino para envejecer con alegría y al final volar como las hojas en otoño. Y ya no estamos en los tiempos de Evita Perón, una mujer solidaria que se fue de este mundo con demasiado buen aspecto.

Los avances de la ciencia contra este mal, que en la época de la bella argentinita fue sinónimo de muerte, han sido de una magnitud inconmensurable. Ahora, como las vías del tren, el camino se hace en paralelo, no es posible que ese tren transite sin el combustible de la ciencia y los estados de ánimo de los/las pacientes.

Son reflexiones que obtuvimos asistiendo al acto organizado por la Asociación Cultural Tierno Galván de Santa Marta de Tormes, en el Auditorio Enrique de Sena por deferencia del Ayuntamiento, donde se celebró la presentación del libro y se pudo ver un audiovisual de los muchos lugares en los que lo habían presentado.

Acompañaron a sus autoras, por parte del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, el director del Centro, el catedrático Eugenio Santos, y la responsable de la Unidad de Patología Molecular Comparada, la doctora Carmen García Macías.

Con muy buen humor, no falto de emociones, estuvieron presentes ocho de las nueve mujeres autoras del libro y con residencia en Ávila. Una obra llena de ternura y positivismo, con la que no pretenden reconocimientos como si fueran la mismísima Pardo Bazán, sino escribir para desvestir su alma, que es la mayor riqueza de la pluma, y con ese puñadito de euros de la venta del libro aportar ayudas para que otras personas sigan beneficiándose de las investigaciones del Centro del Cáncer de Salamanca.

Todas coinciden en señalar que la batalla librada o la que están librando en las distintas fases del tratamiento les ha cambiado la vida hacia una nueva escala de valores que enriquecen su existencia. Y uno de tantos es el valor de la amistad, una emoción imposible de ocultar cuando recuerdan a esas personas que estuvieron ahí en los peores momentos. Además de las compañeras del grupo, cuya complicidad es un hecho palpable.

En el aspecto individual, la burla de sí mismas, el haber aprendido a quererse y el ánimo de las personas que las rodean son sin duda los factores más importantes para "venirse arriba" y salir del bache. Aunque no son de menor apoyo las palabras de Eugenio Santos, enriquecedoras y llenas de optimismo, en cuanto al avance de las investigaciones, al igual que las de la doctora Carmen García, de la que no podemos sustraernos de este consejo: "la ayuda que puede hacer cualquier persona para fortalecer su vitalidad está en el ejercicio físico y comenzar cada día con una sonrisa".