De "los cataplines económicos"

"Ya no existen los países, sólo realidades económicas. Eso es la globalización". Son palabras pronunciadas por un supuesto terrorista internacional en una película de la que no recuerdo el título, pero que me dieron qué pensar, porque tal vez sea verdad, a la vista de cómo está el patio.

Las fuerzas armadas de ciertos países, por ejemplo Rusia o Israel, entran de forma ilegal en territorios sobre los que no ostentan soberanía alguna, incumpliendo de manera flagrante los convenios internacionales ¿cómo se llama eso? Según todas las definiciones que he encontrado: Invasión. Pero lo más sorprendente es que ¡no pasa nada! Bueno algunas etéreas palabras de condena y unas pocas "sanciones diplomáticas o económicas" que terminan pagando siempre colectivos que nada tienen que ver con el asunto en cuestión.

La población que vive en las regiones del este de Ucrania añoran su pertenencia a la ya extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) mientras son alentadas y apoyadas por el Presidente de Rusia. Esta situación es consentida, al menos no afrontada con suficiente decisión, por una Unión Europea dividida y políticamente caótica, incluso contando con el beneplácito de los Estados Unidos, cuyos agricultores, por otra parte, no se verán demasiado afectados por las sanciones aplicadas.

Israel, entra y sale de Gaza, territorio palestino cuando se le antoja. Bombardea, realiza "asesinatos selectivos", cierra fronteras y somete a la población de la zona a una constante situación de privaciones y violencia. Todo ello justificado, según las propias fuentes del Gobierno hebreo, por las actuaciones criminales de los caóticos grupos de Hamas, organización yihadista ? la rama más violenta y radical del islam - que dicen hablar en nombre del pueblo palestino.

Ambos conflictos son enfrentamientos entre dirigentes y grupos de poder, no entre pueblos, porque la gente del pueblo, sólo desea lo que todos deseamos, paz y justicia. Ambos conflictos son guerras civiles, ambos conflictos son injustos, crueles, impropios de unas sociedades que se autodenominan desarrollas y civilizadas.

Si el presidente Putin parece añorar el imposible retorno del esplendor y el poderío de la URSS, los dirigentes de Israel se remontan a unos tiempos aún más lejanos e improbables: los tiempos bíblicos. Lo que confirma mi impresión de que no estamos ante conflictos entre pueblos sino entre dirigentes que ansían poder. ¿Y sí los musulmanes reclamarán Al-Andalus? Recordemos que ese territorio, que ocupaba más de la mitad de la Península Ibérica, estuvo en su poder casi 800 años

¿Por qué no se termina de una vez con estas vergüenzas tan crueles que atentan contra la razón y la justicia? En mi modesta opinión y permítanme la licencia, porque Rusia tiene cogida por "los cataplines económicos" a la Unión Europea e Israel puede apretar con fuerza "los cataplines económicos y políticos" de los Estados Unidos, aunque de cuando en cuando el presidente Obama saque pecho con alguna declaración de condena impuesta por necesidad de mantener su imagen de trasnochado "paladín de occidente".

Pues ya saben, terminó el tiempo de países, himnos y banderas, hoy sólo existen realidades económicas, ruidos en el parqués de las bolsas, y una bandera: el dólar. ¿Quién puede poder algo de orden en todo esto?. Pues lo cierto es que no tengo respuesta, pero habrá que tener en cuenta lo dicho por el gran escritor de la Ilustración francesa del siglo XVIII, Denis Diderot: Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.