Casi quinientas personas acompañan a San José y la Virgen de Valdejimena

Aproximadamente quinientas personas se dieron cita en el Santuario de Valdejimena para celebrar la primera festividad del año en la ermita, la fiesta de San José, día de los cofrades y devotos. En 23 días, Pascua de Pentecostés, se celebrará la gran Romería de Valdejimena que congrega a un gran número de personas. Además, durante el resto del año se celebran las misas de la salud de los pueblos limítrofes y finalmente la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto.

Así, desde el último domingo de abril, la imagen de la Virgen baja del trono habitual en el santuario a las andas procesionales, donde permanece hasta octubre, facilitando así a los devotos cumplir con la tradición de pasar bajo su manto y pedir protección.

La talla de la virgen, de metro y medio de alto, sujeta con su mano derecha al Niño, mientras con la derecha acaricia la mano del pequeño expresando la misma ternura que le transmiten los 500 personas que conforman su cofradía. Todos los años, la virgen aparece acompañada en procesión de la imagen de San José Obrero y la luz del mediodía mientras la dulzaina y el tambor, símbolos de la música tradicional, se convierten una vez más en la melodía inconfundible de esta fiesta.

A partir de ese momento, los pasos recorren los alrededores del santuario. Durante el trayecto, son varias las ocasiones que los fieles aprovechan para brindar sus bailes a San José y la Virgen. Y es que a Valdejimena no solo la siguen personas de los pueblos cercanos sino también salmantinos y sobre todo vecinos de las comarcas de Alba de Tormes, Guijuelo, Peñaranda, Barco de Ávila y la cercana Piedrahita. Se estima que su corona devocional puede llegar a alcanzar unos ochenta pueblos

En la procesión, se pasa al lado de las cuatro cruces que rodean el santuario, aquellas que sirven para indicar a los romeros "Este santuario es de la misma Señora que aquel cuyo estrépito ensordeció estos montes y cuyas llamas iluminaron el valle Jimena en 1662". Son conocidas como la cruz camino de Horcajo, cruz Camarín, cruz camino Larrodrigo y cruz Pozo Cano.

En la última parada, antes de volver al templo, el sacerdote Juan Robles, procedió a realizar la bendición de campos en el sentido de los cuatro puntos cardinales, anticipándose de esta manera a la festividad de San Isidro.