Convención autonómica del PP: cuentas y cuentos

Cuando llegan las campañas electorales los partidos ponen en marcha su maquinaria con una precisión electrónica. De pronto el aparato ? ese ente desconocido pero existente ? sale del letargo y empieza a moverse con nombres y apellidos. Del anonimato al estrellato. Es así como se organizan las convenciones, muy al estilo americano porque, como la Coca-Cola, todo viene de allí. Hace algo más de un mes el PP celebró en Valladolid la convención nacional y ahora, ayer sábado, lo hizo el de Castilla y León en la población palentina de Magaz de Pisuerga.

Por eso, desde hace algún tiempo venimos viendo y oyendo en los medios de comunicación mucho más a Alicia García, la Consejera de Cultura y Turismo y coordinadora regional del PP, o a Rosa Valdeón, alcaldesa de Zamora. Y es que ambas dos han tenido que doblar turno en sus responsabilidades habituales para dedicárselo al partido. Alicia García es ahora también la coordinadora de la campaña de las elecciones europeas en Castilla y León, mientras Rosa Valdeón, vicesecretaria de Acción Política, tuvo intenso protagonismo lidiando con algunos de los aspectos más importantes de trabajo en la convención, cual fue el referido a Economía y Empleo. Precisamente la madre de todas las batallas políticas porque todos sabemos cómo anda el tema, o sea, muy mal, y con pasos excesivamente lentos para salir del atolladero. En la convención no faltaron palabras de esperanza, claro, y la ilusión de pensar que están mejorando las cosas macroeconómicas.

Pero el pueblo llano, los parados, los jóvenes que se tienen que largar de Castilla y León, las empresas a las que nos les llega el crédito no acaban de creerse nada porque la realidad la sufren y en ese caso las palabras no bastan. Esa frase evangélica de que "una palabra tuya bastará para sanarme" aquí no vale; la economía, los números, son poco poéticos, vamos nada, y cuando a la gente no le salen las cuentas no se les puede ir con cuentos. Hechos son amores, y no buenas razones. No basta intentarlo, quererlo, hay que conseguirlo. Y no es el caso, no es posible si no cambian las condiciones, si no surge una situación imprevista, un mensaje del cielo, algo, que quite los nubarrones de nuestras cabezas. Cuanto más quisieran los políticos que tener una varita mágica, pero ni son magos ni el público está dispuesto a tragar con trucos.

En la convención regional del PP se habló también de políticas sociales y de desarrollo rural. Todo muy pegado al voto. ¿Dónde está el voto?. Pues ahí hay que incidir. Claro, nadie puede decir que ellos no se preocupan por la situación y por los sectores más sufridos (parados, ancianos, jubilados, "ruralianos"), pero en el fondo está Europa, las elecciones, donde el PP va a medir su trabajo. Mariano Rajoy y el PP aquí se juegan mucho, no tanto porque Europa sigue siendo ya nuestra madre suprema, la que decide nuestras políticas cada vez más, sino porque "el hombre impasible" va a medir por dónde le pueden ir las cosas dentro de año y medio.

En la convención de Magaz tuvo su protagonismo el alcalde de Salamanca y secretario general del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco y Carlos Fernández Carriedo, que jugaba en casa, en Palencia, de donde es el presidente del PP además de portavoz en las Cortes. También Antonio Silván y Silvia Clemente fueron sobresalientes en torno al patrimonio natural, el mundo rural, la agricultura y la ganadería, tan dependientes de la Política Agraria Común.

¡ Qué causalidad!, sin querer hemos nombrado a todos los que salen en las quinielas como futuribles sustitutos de Juan Vicente Herrera: Alfonso Fernández Mañueco, Antonio Silván, Alicia García, Rosa Valdeón, Carlos Fernández Carriedo y Silvia Clemente. Cuento hasta seis. A lo mejor puede haber algún tapado porque esto cada día se parece más a México, pero de momento hasta ahí llegamos. En cualquier caso, según dicen los que saben, según apuntan los analistas, según se atisba y según se intuye?Juan Vicente Herrera seguirá. De momento al menos.

O sea, que la puesta en escena en esta convención ha estado muy bien para vender el nuevo producto, pero nada en concreto. Porque si Rajoy no se mueve, y no se mueve, cualquiera lo hace, que lo defenestra. Si miramos atrás veremos los cadáveres que ha dejado ya Rajoy sin aspavientos ni gritos: Desde Federico Trillo a José María Aznar un rosario de olvidados y perdidos, o anulados, o desactivados. Mariano Rajoy es un gallego que sabe que el tiempo es justiciero para quien está al otro lado de la mesa.

Así que ahora toca Europa y apoyar a Arias Cañete (se supone) que también tiene narices. ¿ Le votarán en Guijuelo los chacineros, y en otros muchos lugares, después de cómo ha tratado al sector porcino de Castilla y León? Pero eso es la política: convenciones, aplausos, mensajes por doquier, abrazos y calor del conmilitón. A veces hay que quererse y no desperdiciar la emoción que exige cada momento porque se sabe que, a fin de cuentas, en la política, como en la vida, una experiencia sucede a otra y a otra y a otra. Y nada es inamovible y eterno en el tiempo. Lo único permanente es lo relativo y lo más inteligente es la adaptación darwiniana, que las especies que sobreviven son las que mejor se adaptan al clima, al paisaje y al modo de vida posible. Por eso los políticos son los que mejor saben adaptarse. De eso viven y sobreviven. De lo que toca en cada momento. Y ahora son las Europeas.