“Y nos dieron las diez y las once, las doce, la una las dos y las tres…”
Tascas, bodegas, cantinas, tabernas y entre ellas nuestro "Bar Perú", geográficamente situado entre el paseo del Rollo y Gomez Ulla, ha sido y es lugar de encuentro desde que mi memoria alcanza.
Chuchi y Marta, a quienes solo podemos recordar con cariño regentaron el bar, hoy Pepe y Pili cual tradición artesana consuetudinaria abren y cierran la trapa cada día.
El lugar en cuestión se puede definir e interpretar de mil maneras, por ejemplo: alargado y estilizado, con la máquina recreativa de bingo de mayor solera charra. Espacio de costumbres; los chatos de mediodía, la partida de la tarde y las copas y "kinitos" de la noche. (La palabra "kinito" no figura en el diccionario académico, pocos de éstos señores deben salir de jarana por estos lares).
En el Perú nunca estás solo, o te encuentras con amigos o Pepe ejerce de diván de psicólogo.
Grandes artistas y repertorios han sido teloneros de turno, Los Bee Gees, Camarón, Junco, Los Chichos, y ¡cómo no!, también charradas y villancicos con sus zambombas. Los intérpretes principales; Mamel, José, Rafa, el "autobusero", el "funci", "barándulas" con su trunk, el "largo", vamos que si Ibáñez se deja caer por aquí viñeta al canto. Una cosa sí digo, innumerables personajes son, tantos como buenas personas.
Aventuras, acampadas y viajes se forjan aún hoy entre brindis, risas e historias evocadoras.
El Perú es obligado lugar de peregrinación para quienes compartimos el deseo del encuentro con el amigo.
A todos los Peruanos no nombrados pero igualmente recordados.
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