El turismo se merece un respeto

Hace algún tiempo se viene diciendo que el turismo es una industria en España, cuando la realidad es que se trata de un servicio. Pero ante la falta de otras industrias ciertas y verdaderas hemos vuelto a darle la vuelta al lenguaje para camuflar lo evidente. Sea como fuere, eso no quita que debamos darle gracias al sol y a nuestras playas por librarnos de males mayores. En torno al 11% de nuestro PIB supone el turismo de forma directa, y llega al 15% de forma indirecta. Esta cifra nos dice que este sector tan heterogéneo, que va desde los grandes hoteles al humilde chiringuito, se merece algo más que un respeto.

Por lo que toca a Castilla y León el PIB regional está en torno al 10,2%, es decir, algo por debajo de la cifra nacional, cosa lógica si tenemos en cuenta que aquí no hay playa y el clima es más duro que en el Mediterráneo. Por supuesto que en Castilla y León tenemos un patrimonio excepcional, en torno al 65% del nacional declarado de interés histórico-artístico, pero los turistas que llegan a España, la mayoría del Reino Unido (le siguen Francia y Alemania) prefieren más las zonas cálidas de chapuzón, sangría y paella.

En esta edición de la FITUR me sorprendió que se haya hecho hincapié desde la Junta de Castilla y León en "internacionalizar" nuestro turismo en países como Alemania, Francia, Italia, Holanda y Estados Unidos y en los emergentes como India, China, Rusia o Brasil. Llegar a esos mercados es fundamental para crecer, exponencialmente incluso, pero? ¿acaso FITUR no significa Feria Internacional de Turismo?, ¿entonces a qué viene ese descubrimiento?, ¿ es que hasta ahora no se han hecho relaciones turístico-internacionales?. Tal vez lo que haya sucedido es que los señores políticos de Castilla y León, diputaciones y ayuntamientos incluidos, se han dado cuenta que ya está bien de hacer promoción en FITUR de campañas para nosotros mismos.

Lo recuerdo: se invita a los periodistas de la provincia, la ciudad o el pueblo a ir a Madrid para darles allí una rueda de prensa para que después los periodistas publiquen o emitan la información en la propia provincia, ciudad o pueblo. O sea, nuestros políticos tiran el córner y lo rematan hacia el propio campanario. Durante mi recorrido este año por el stand de Castilla y León pude comprobar que esa afición no se ha perdido. Pude ver en directo como el Presidente de la Diputación de Zamora, Fernando Martínez Maíllo, hablaba a unas setenta personas todas de Zamora: senadores, diputados, concejales, periodistas, etc. Predicó a convencidos de que el lobo puede ser una gran referencia turística para Zamora, cosa, por otra parte, que me parece acertada, eso sí, siempre que se controle y no paguen la fiesta los ganaderos. (Que conste que expongo lo de Maíllo como podría decirlo del resto de sus colegas políticos, con alguna excepción).

¿Se puede hacer un gasto más inútil?. Que se ofrezcan esas ruedas de prensa en el propio lugar evitándose así tanta parafernalia y dispendio. Otra cosa es informar de lo que en FITUR se cuece. Sin duda, no queda más remedio que hacer un replanteamiento de esta feria y otras semejantes en cuanto a su eficacia; que no se quede la cosa en que los políticos salgan en fotos y más fotos para que se sientan encantados de conocerse. ¿Les parece poco lo que ya salen en los medios habitualmente?. Seguro que sí, son insaciables mediáticos.

Se debe acabar eso de inyectar publicidad a los medios locales, provinciales o autonómicos por un procedimiento absolutamente inservible. Que se colabore con los medios es obligatorio, y más ahora, por su función social, pero que sea de forma lógica, razonable y práctica. ¿Hay algo más ridículo que una valla publicitaria situada en Castilla y León que diga, por ejemplo, "Ven a Castilla y León". Pues de ese tenor ha habido muchas en tiempos pasados locales, provinciales y autonómicas.

Aprovechando la cita de FITUR los responsables turísticos deben estudiar qué hacen bien en otros sitios, por ejemplo en Cataluña, que en 2013 ha logrado aumentar el número de turistas hasta llegar a los 15 millones mientras Madrid ha perdido un 4%. ¿Qué Barcelona tiene mucho tirón y que es una belleza y está llena de estilo y elegancia?. Sí, por supuesto, pero algo más habrá. Tal vez mucho trabajo, constancia, modernidad y visión de futuro. Y creer mucho en lo propio. Los catalanes cuando quieren algo se entregan con pasión a sus ideas y deseos. Ese espíritu debemos copiarlo.

Salamanca ha resaltado en FITUR su patrimonio, su cultura y sus atractivos religiosos. Faltaría más. De hecho en Salamanca no caben los monumentos. Pero este año le han añadido a esa excepcional ciudad y provincia las zonas de tapeo, que el alcalde Fernández Mañueco quiere potenciar, y algunas nuevas rutas. Perfecto, porque Salamanca no sólo es Plaza Mayor, Universidad y estudiantes. De todas formas, por mucho que se haga a mi me parece todo muy poco para lo que se merece Salamanca en turismo. Y cuando digo Salamanca digo otros muchos sitios inigualables de Castilla y León.

Esta tierra bien vale una misa (y cinco rosarios y decenas de viacrucis). Pero se tiene que saber allende estas fronteras virtuales. Nosotros ya lo sabemos, no hace falta que nos lo repitan cada FITUR nuestros próceres.