Año nuevo, nada nuevo

En los albores del año que comienza, una vez superados los excesos gastronómicos, las reuniones en familia, los deseos de paz, felicidad y amor, nos enfrentamos de nuevo a la dura realidad, que por unos días y debido al ambiente navideño, parecía que habíamos olvidado, o más bien, alejada conscientemente como mecanismo de defensa, para superar un año ciertamente complicado y difícil como ha sido para muchos el 2013. Pues bien, mientras nos preparábamos para escuchar a los niños del Colegio de San Ildefonso, Andrea Ladrón de Guevara y Joel Fernández Godos, cantar el número 62.246, el Gobierno, en Consejo de Ministros del viernes 20 de diciembre (temo los viernes desde que gobiernan) aprobó una serie de medidas publicadas en el BOE el día 21 y que entraron en vigor precisamente el día 22, día de la Lotería de Navidad. Por lo tanto, nos ha tocado una reforma laboral, llamada del 2014, que nos viene a traer, más flexibilidad, menos seguridad para los trabajadores, o lo que es lo mismo, más temporalidad, mas precariedad, más de lo mismo, pero en versión 2014. Y debemos estar contentos, así lo estaba nuestra Ministra de Empleo, Dña. Fátima Báñez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros aludido, donde con una sonrisa que no disimulaba, nos decía: "ya tenemos en España un mercado laboral más flexible que el alemán, el holandés, el belga, el francés o el italiano". Caminamos a marchas forzadas hacia el de Bangladesh (eso lo escribo yo, no lo ha dicho la Ministra) También no tocó ese día un aumento de las cotizaciones sociales para empresarios y trabajadores, que hace falta recaudar y las arcas de la Seguridad Social están maltrechas. Y para no cansarles, termino con la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2014, de 26 de diciembre, donde el Partido Popular ha incluido una enmienda que establece que las personas desempleadas sin derecho a prestación ni subsidio de desempleo perderán el derecho a la Sanidad Pública española si están 3 meses fuera del Estado español. La medida afectará a nuestros jóvenes aventureros en busca de movilidad exterior, así llaman a los emigrantes del siglo XXI, los vendedores de humo que nos asfixia cada día más. Nuestros jóvenes, nuestros hijos, siguen abandonando el país, la emigración subió un 22% durante el año 2013. Partir es morir un poco, se dice en Latinoamérica. Los que nos quedamos también morimos un poco el día que guardamos silencio ante las cosas que importan.