El Ayuntamiento, en plena cruzada contra los aparcamientos ‘alegales’

El adiós, el pasado jueves 13, a la posibilidad de aparcar en la subida al Registro ?ese día se pintaron en el suelo rayas amarillas en los lados de las aceras a donde no llegaban las líneas-, ha acabado por convertirse en el prólogo de toda una cruzada del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo contra los aparcamientos 'alegales' (es decir, no regulados) en el entorno del recinto amurallado. Durante estos días, el Ayuntamiento está procediendo a bloquear todos los que existían.

Así, tras actuar en la subida al Registro, el siguiente punto de acción por parte del Consistorio fue el denominado Campo de Pulgarcito, situado entre la Puerta de Santiago y el Cuerpo de Guardia de San Pelayo. La explanada de tierra de esa zona era usada tradicionalmente para aparcar sin tener que pagar la ORA, que sí hay que abonar junto a la propia Puerta del Santiago.

Pues bien, desde la semana pasada, y pese a que se trata de una zona 'recogida' (es decir, no causa ninguna molestia visual a los turistas) ya no se puede aparcar ahí tras colocar el Ayuntamiento una serie de bolas en el suelo (junto a un bolardo que sí se puede bajar o subir), que impiden el acceso de vehículos.

La operación antiaparcamientos 'alegales' continuó esta semana con el lateral izquierdo de la Puerta de La Colada, donde como se puede ver en las imágenes, también han sido colocados en las últimas horas (entre el martes y el miércoles) varias bolas y un bolardo.

En ese lateral de La Colada no era tan habitual ver vehículos como sí lo era en el exterior de la Puerta de San Vicente, donde se podían encontrar cada día numerosos vehículos que de esta forma se ahorraban la ORA que hay que pagar nada más pasar la bóveda.

Pues bien, la posibilidad de aparcar en esa zona también ha llegado a su fin: en la mañana del miércoles varios operarios estaban procediendo a realizar los correspondientes agujeros donde en las próximas horas serán colocadas más bolas y bolardos.

Como se puede comprobar en la galería, la supresión de ese punto como lugar de aparcamiento hizo que varias personas aparcaran su vehículo en la mañana del miércoles en el lateral de la bajada de la Puerta de San Vicente.

Esta cruzada antiaparcamientos del Ayuntamiento se une a la colocación ya hace un tiempo de bolardos para evitar el acceso al glacis de la muralla en la zona de la Avenida de Sefarad, y también al recordatorio -mediante la colocación el pasado mes de noviembre de nuevas señales- de la prohibición de aparcar en el glacis de la subida a la Rúa del Sol.

Esa prohibición sigue sin cumplirse a rajatabla, como se puede ver en las imágenes. El motivo principal es la saturación de la zona anexa, el parking del antiguo Centro de Salud, donde sí se puede aparcar legalmente, y sin tener que pagar ORA. La otra zona donde se puede seguir dejando el vehículo cerca de murallas es el párking del Mercado de Abastos y su entorno (que evidentemente no se puede usar cuando llegan las ferias con motivo del Carnaval).

La supresión de las zonas de aparcamiento mencionadas (que no molestaban a nadie y por los que nadie se había quejado ?al menos públicamente-) afecta especialmente a los vecinos de los barrios más allá del Águeda, que si quieren subir con su coche (algo lógico) hasta el recinto amurallado a partir de ahora deberán dar una gran vuelta si quieren ahorrarse la ORA.

Lo más sorprendente de la cruzada antiaparcamientos es que el Ayuntamiento no haya puesto el mismo interés en, por ejemplo, reparar de uno de los espacios contiguos a uno de los aparcamientos suprimidos: el tramo del Paseo Fernando Arrabal comprendido entre la Puerta del Sol y el Cuerpo de Guardia de San Pelayo.

Esta zona, que sí es frecuentada por turistas, se encuentra desde hace la tira de años en un deplorable y vergonzoso estado, habiéndose creado un camino paralelo por la tierra para poder transitar. Asimismo, el Ayuntamiento tampoco parece haber considerado interesante arreglar los focos de luz de la zona de la Puerta de Santiago que llevan destrozados unos cuantos años.