Desaparece el Miradouro, el tren turístico del Duero portugués

En los últimos días Comboios de Portugal (CP), la empresa pública responsable del transporte ferroviario en el país vecino, ha anunciado la supresión y reducción, respectivamente, de los dos trenes turísticos del Duero portugués: el Miradouro y el Histórico del Duero.

El Miradouro nació en 2017 y realiza, hasta el día de hoy en que desaparece, el trayecto Oporto-Régua, con unos horarios y unos precios que permitían ir a pasar el día al valle del Duero, comer y regresar a Oporto, sirviendo además de refuerzo a la línea regular en verano, cuando se produce la punta de demanda. El Histórico del Duero, por su parte, existe desde 1998 y funciona sólo en verano entre Régua y Tua, una zona de especial belleza paisajística dentro del Duero vinatero; hasta ahora lo hacía durante los fines de semana y festivos estivales, a partir de este año, sólo los sábados.

Así, en el espacio de pocos días, Comboios de Portugal ha comunicado dos decisiones que reducen casi a la desaparición la oferta ferroviaria del Duero propiamente orientada al turismo. Además de estos dos servicios turísticos de la empresa pública, existe en el Duero el Presidencial, de gestión privada y precios notablemente más elevados, pues se trata de un producto de turismo enológico y gastronómico además de ferroviario, también estacional y con viajes limitados.

La particularidad del Miradouro, que en el día de hoy realiza su último viaje, radica en los vagones suizos Schindler de los años 50, que permiten -o permitían- al viajero bajar la ventanilla y disfrutar con viveza del atrayente paisaje del Alto Douro. Se acabaron los rallies fotográficos desde este tren, uno de los motivos por los que era más demandado.

Excepcionalmente, el Miradouro ha realizado viajes hasta el final de la línea en Pocinho desde diciembre pasado hasta hoy, debido a las obras que se están llevando a cabo en el primer tramo de la vía.

Además de apreciar mejor la majestuosidad del paisaje, el Miradouro era un tren cómodo, por los amplios espacios entre los asientos, con un atractivo aire vintage, en el que se podía viajar a un precio asequible.

Pero esta serie de alicientes no han sido suficientemente valorados por los usuarios, según entiende la empresa pública, que ha aducido razones de falta de rentabilidad para acabar con este servicio, debido a los mayores gastos de mantenimiento y operativos que acarrea.

CP quiere reducir la oferta ferroviaria hasta ahora existente en el Duero básicamente a la línea regular de pasajeros, potenciándola incorporando las locomotoras UTD 592 alquiladas en España a Renfe. Un servicio que, según CP, es más eficiente en gasto energético y en recursos humanos, que cuenta con aire acondicionado, aunque esto no sea lo más valorado por esa parte del público que realizaba este trayecto en el Miradouro por el aliciente de sacar la cabeza por la ventanilla. La pureza de la luz en primavera y los tonos malva de los viñedos en otoño eran un reclamo para los amantes de la fotografía.

La particularidad del Histórico del Duero reside en ser un tren a vapor, con una locomotora de 1925 y cinco vagones de madera, dos de ellos de finales del XIX. En el trayecto que realiza, entre Régua y Tua, la línea férrea sigue el curso del río, permitiendo al viajero apreciar un entorno de singular belleza, mientras deja una estela de humo provocada por el vapor de agua. Según la decisión ahora anunciada, este verano el Histórico del Duero sólo funcionará los sábados.

La Línea del Duero, en solitario

Solo la línea regular de pasajeros Oporto-Pocinho, la Línea del Duero, que acaba hoy a 28 kilómetros de Las Arribes salmantinas, se mantiene como opción ferroviaria estable para esos 4,3 millones de turistas que anualmente visitan el norte de Portugal y desean adentrarse en la particular fisonomía del interior de la región.

Esta línea ferroviaria es un producto turístico en sí misma, por los paisajes que atraviesa, declarados Patrimonio de la Humanidad, ofreciendo al mismo tiempo un servicio público, que da movilidad a estos enclaves enclaustrados en su propia orografía.

La línea regular de pasajeros ya iba abarrotada durante los meses de verano, por el aumento estacional de turistas, al que se suma el regreso en vacaciones de los oriundos que viven fuera. De hecho, la entidad dinamizadora del turismo de la región, Turismo Porto e Norte de Portugal, ha emitido un comunicado donde manifiesta su estupefacción por haber sido precisamente en el inicio de la temporada alta cuando se hayan tomado estas dos decisiones: "mostramos nuestra total disconformidad con la posición de CP y hacemos un llamamiento a revertir esta decisión", declaran en ese documento, "una decisión así, tomada por una empresa de servicio público, nos parece contraria a la voluntad demostrada por las entidades gubernamentales de apostar por una política de desarrollo de las regiones del interior".

Una decisión que parece también ir a contracorriente de las estadísticas. El turismo en la región norte de Portugal no para de crecer. En 2018 el aeropuerto Sá Carneiro de Oporto recibió 10,8 millones de pasajeros. La entidad responsable del turismo de la región afirma haber constatado que la mayoría de los viajeros que reciben no llega en coche ni lo alquila aquí, sino que procura moverse en transporte público, siendo el tren el medio ideal para adentrarse en el valle del Duero. Estos viajes ferroviarios muchas veces forman parte de los paquetes turísticos que se les ofertan, al igual que los viajes fluviales.

Comboios de Portugal (CP) tiene problemas desde hace años, una crisis agudizada el pasado verano, cuando se produjeron retrasos y otros incidentes, haciéndose patente la insuficiencia de material circulante.