Condenado a pagar 480€ el joven que objetó en las Elecciones

Héctor Beas, el joven de Villar de Ciervo que en las jornada de las Elecciones Europeas del pasado 25 de mayo se negó a formar parte de la mesa electoral de su municipio, ha sido condenado a pagar por ello una multa de 480?.

El joven afrontó en la mañana del lunes en los Juzgados de Ciudad Rodrigo el juicio rápido al que había sido citado tras lo acontecido en la jornada electoral, cuando a la hora de la constitución de la mesa de Villar de Ciervo, rechazó ocupar el cargo de presidente de la misma para el cual había sido designado por sorteo (por el cual hubiera recibido 62?). Aquella mañana, fue detenido por la Guardia Civil, siendo trasladado al Cuartel de Ciudad Rodrigo, donde fue fichado.

A la hora de su comparecencia en el Juzgado número 1 de Ciudad Rodrigo, el joven estuvo acompañado de un grupo de amigos, quiénes respaldaron su postura de 'objetar' de la jornada electoral al considerar que el sistema está corrupto.

Tras esperar más de una hora a las puertas de los Juzgados, finalmente Héctor Beas entró a prestar declaración, exponiendo los mismos argumentos que ha defendido en todo momento, y dejando claro que podía perfectamente haber puesto una excusa para negarse a formar parte de la mesa, pero que prefirió no mentir, y actuar en conciencia pese al miedo que tenía a que su actitud pudiera acarrearle una sanción.

En su declaración ante el juez hubo un problema, ya que en ese momento no estaba presente el fiscal, que es quién debía fijar la condena. En este caso, Héctor Beas, acompañado de su abogado, tuvo que esperar a las puertas de los Juzgados a que el fiscal leyera la transcripción de lo manifestado por el joven.

Unas dos horas después, conocieron la propuesta de sanción: una multa de 4 meses a razón de 4? diarios (un total de 480? de multa), por debajo de la sanción que recoge el reglamento electoral del Ministerio del Interior (una pena de prisión de 3 meses a 1 año, o una multa de 6 a 24 meses).

Conocida la multa propuesta, Héctor Beas tenía dos opciones: aceptarla, o acudir a juicio a Salamanca. El joven decidió aceptarla, mostrándose "bastante contento dentro de lo que cabe", ya que se temía una sanción peor, expresando que "se puede hacer frente a la misma", aunque remarcando que él sigue en las mismas condiciones: "sin trabajo y sin oportunidades laborales".

La declaración de Héctor Beas ante el juez fue vigilada por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, tanto con uniforme como de paisano, que no permitieron la entrada en los Juzgados de las personas que lo acompañaban ni de los medios de comunicación.