Un ganadero de Villavieja de Yeltes ha sufrido este fin de semana un nuevo ataque de lobo. El suceso se ha saldado con diez ovejas muertas, varias heridas y una desaparecida. El afectado denuncia la continuidad de estos ataques y las secuelas económicas y psicológicas que provocan
La presión del lobo sobre la ganadería extensiva en la comarca de Vitigudino no cesa. Tras los recientes episodios registrados en Olmedo de Camaces, Bogajo y Trabanca, este fin de semana se ha sumado un nuevo ataque, esta vez en una finca ubicada en el término municipal de Villares de Yeltes, concretamente en el despoblado de Pedro Álvaro.
Los hechos tuvieron lugar durante la jornada del pasado sábado, cuando el rebaño se encontraba libre en una de las parcelas de la finca. El balance provisional es desolador para el ganadero, de Villavieja de Yeltes: el ataque se ha saldado con 10 ovejas muertas, varios animales heridos —uno de ellos de gravedad— y una oveja desaparecida que aún no ha podido ser localizada.
Los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León acudieron a la explotación al día siguiente, certificando que las muertes y las heridas eran compatibles con un ataque de lobo.
Además de las pérdidas mortales directas, el ganadero ha querido poner el foco en las consecuencias indirectas que este tipo de sucesos provocan en la cabaña ganadera. Según ha explicado el propietario, "el resto del rebaño sufre peligro de abortar las crías que estaban gestando" debido al estrés sufrido durante el ataque, lo que multiplicaría las pérdidas económicas de la explotación a medio plazo.
El afectado ha querido hacer pública su situación con el objetivo de "dar visibilidad a estos hechos y mostrar que los ataques no son puntuales, sino continuos". Desde el sector insisten en que las pérdidas son cada vez mayores y denuncian la indefensión que sufren.
Más allá del daño económico, los profesionales del campo alertan sobre el desgaste emocional que supone la convivencia forzosa con el cánido. "Queríamos seguir mostrando la cruda realidad de este oficio", ha señalado el ganadero afectado, haciendo hincapié en las "secuelas que puede dejar en el ganadero a nivel psicológico al ver cómo algo externo ataca su forma de vida sin posibilidad de defensa".
Este nuevo incidente en Pedro Álvaro se suma a la lista negra de ataques que viene sufriendo la comarca del oeste salmantino en las últimas semanas, confirmando la presencia activa y constante de depredadores en la zona y aumentando el malestar entre los productores de ovino de la comarca de Vitigudino.