Mónica, la voluntaria de Cruz Roja en Béjar que acompaña a los mayores superando su discapacidad visual

Para más de 40 personas mayores de Béjar, el teléfono es el hilo conductor que rompe su aislamiento, y al otro lado de la línea siempre está Mónica. Esta voluntaria acude de lunes a jueves a la asamblea comarcal de Cruz Roja para realizar una labor de escucha activa y acompañamiento que define como su verdadera vocación. "Hablo con ellas y confían en mí, son mis abuelitas", explica sobre un trabajo que le reporta una gran satisfacción personal.

La historia de Mónica es un ejemplo de superación. Padece degeneración macular, una condición visual de nacimiento que, lejos de frenarla, la impulsó a buscar formas de ayudar. Para desempeñar su función, cuenta con el apoyo de la ONCE, cuyo técnico de tiflotecnología adaptó el ordenador de la asamblea con un lector de pantalla. Además, su memoria le permite marcar los números en el teléfono físico sin dificultad.

Su labor va más allá de la charla distendida. Mónica gestiona un calendario de llamadas semanales, quincenales o mensuales, y coordina campañas clave como las de ola de calor, frío o vacunación. Tras cada conversación, remite un informe al técnico de mayores para alertar sobre posibles necesidades.

La constancia ha creado lazos tan fuertes que las usuarias notan inmediatamente su ausencia. "Cuando no las llamo, me ponen falta", comenta con humor. Mónica anima a todos los bejaranos a sumarse al voluntariado, demostrando que con actitud y los medios adecuados, no existen barreras para la solidaridad.