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La gran paradoja de la música en Salamanca: una explosión de talento que los salmantinos desconocen
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ANÁLISIS

La gran paradoja de la música en Salamanca: una explosión de talento que los salmantinos desconocen

Actualizado 15/10/2025 09:16

A pesar de una producción creativa superior a la de los años 80, con decenas de grupos y lanzamientos anuales, la escena local lucha por la visibilidad y por conectar con su propio público, proponiendo la creación de una "denominación de origen" como solución.

Salamanca vive una contradicción sonora. La ciudad es testigo de una explosión creativa sin precedentes, con una cantidad y calidad de producción musical que, según los expertos, supera incluso a la mítica efervescencia de los años 80. Sin embargo, este vibrante torrente de talento lucha por encontrar su eco más crucial: el del público local. Para desgranar las luces y sombras de este fenómeno, nadie mejor que Fernando Sánchez Gómez. Músico en activo desde los años 80 en formaciones como Cyborg o The Bernardas, compositor de bandas sonoras, autor del libro «MIDI e Informática Musical» y divulgador incansable, su profunda y polifacética trayectoria le acredita como una de las voces más autorizadas en la materia.

Lejos de nostalgias, Sánchez Gómez es rotundo al comparar la situación actual con épocas pasadas. "Ahora mismo yo creo que la situación es bastante mejor incluso que en los 80", afirma. La clave de esta mejora radica en la democratización de los medios. La tecnología ha derribado las barreras de entrada, permitiendo a los artistas producir obras de gran calidad desde sus propias casas.

Un ejemplo paradigmático es el de Nel Rodríguez, ganador del Concurso Municipal de Bandas hace dos años. "Sacó un disco grabando en su casa todo, con instrumentos virtuales... y consiguió hacer un disco muy bueno", explica Sánchez. A este factor se suma la labor de las escuelas municipales de música, que han generado una "cantera de músicos para crear nuevos proyectos", y el acceso ilimitado a formación a través de internet.

Esta facilidad productiva ha generado un caudal de propuestas abrumador. El portal especializado músicaensalamanca.es, gestionado por el propio Sánchez, tiene catalogados 75 grupos y artistas, aunque él estima que la cifra real podría ser, "por lo menos, el doble". En cuanto a lanzamientos, ha contabilizado unos 15 discos nuevos cada año en los últimos tres, con una proyección que podría alcanzar los 20 o 25. Una sobreabundancia que, sin embargo, se convierte en un arma de doble filo. "Yo siempre digo que en Salamanca hay más proyectos que músicos", sentencia, apuntando a la dificultad de destacar en un océano de oferta global. "Antes era difícil destacar porque no accedías a los medios de comunicación. Y ahora que puedes publicar incluso tú mismo, sigues sin acceder muchas veces a las televisiones o a las grandes radios", lamenta.

El gran reto: crear una 'denominación de origen' para la música salmantina

Pese a la calidad y la variedad, el principal obstáculo no es la creación, sino el consumo. El público salmantino, en gran medida, desconoce la riqueza sonora que tiene a su alrededor. Sánchez identifica el núcleo del problema y propone una solución conceptual y poderosa: "Falta una denominación de origen, como la que tenemos en alimentos, un 'música creada en Salamanca', igual que la tiene el jamón de Guijuelo, la lenteja de La Armuña o el vino de Las Arribes, por ejemplo".

Según el divulgador, los propios artistas no siempre se presentan con esa etiqueta local, aspirando a un "éxito a nivel nacional, internacional o cósmico" sin consolidar primero su base. "Estaría bien que con esa etiqueta el público de Salamanca se interesara por los músicos de su ciudad y su provincia, porque al fin y al cabo, necesitan apoyo", reflexiona, recordando una verdad universal: "Todas las grandes bandas empezaron siendo grupos locales, por ejemplo Los Beatles, Queen o Santana".

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El papel de las salas y el dilema de las instituciones

En este escenario, la programación de los recintos privados y el apoyo público juegan un papel crucial, aunque con sus propias complejidades.

Sánchez reconoce que es "totalmente lógico" que los empresarios apuesten por valores seguros como las bandas de tributos y versiones. La razón es simple: "Si conoces la música lo disfrutas más que si no la conoces. Eso es obvio, por eso funciona la radio fórmula". El riesgo, advierte, es "quedarnos toda la vida escuchando lo mismo", a menudo dominado por estilos urbanos que, en su opinión, son "a nivel musical realmente muy malos".

Las administraciones públicas tienen un rol fundamental para visibilizar el talento local. El Ayuntamiento de Salamanca ha impulsado iniciativas valiosas, aunque no exentas de debate:

  • Concurso Municipal de Bandas: Considerado una herramienta muy positiva, Sánchez aplaude que en sus últimas ediciones se haya premiado a propuestas más "originales" y "vanguardistas" como las de Orca, Bembow o el mencionado Nel Rodríguez, en contraste con ganadores de corte más clásico de años anteriores como Saltinvanquis, Rockin’ Hellfire o Sadia. No obstante, el concurso también recibe críticas por parte de algunos músicos que preferirían recibir el premio en metálico para "grabar donde ellos quieran" o por el hecho de que la actuación en la final no sea remunerada, lo que obliga a muchos a "pagar a los músicos invitados".
  • Locales de ensayo gratuitos: Una ayuda directa y muy bien valorada por los grupos, aunque sin el "hervidero de relación entre grupos" que existía en los locales de La Salle en décadas pasadas.
  • Cesión de la Sala B del CAEM: Aunque es un espacio "estupendo" para conciertos, el contrato de responsabilidad que se exige firmar puede disuadir a promotores no profesionales. "Yo no soy promotor, no puedo contratar un seguro de responsabilidad civil", explica Sánchez, quien tuvo que cancelar un festival por estas exigencias.

La Plaza Mayor, el escenario soñado para la visibilidad

Una de las grandes oportunidades para los grupos locales son los conciertos durante las ferias de la ciudad. Sin embargo, la ubicación tradicional en el Parque de Elio Antonio de Nebrija es un punto de fricción constante. "Es una zona muy retirada. Hay que ir allí a propósito", lamenta Sánchez, ya que no se capta al público que simplemente pasea por el centro.

Para él, la solución es evidente y ya ha demostrado su eficacia. "Lo ideal es la Plaza Mayor, como es lógico", declara con rotundidad aunque consciente de las dificultades logísticas que entraña por la gran cantidad de actividades programadas en el ágora charro. Las actuaciones de los ganadores del concurso en este espacio han sido un éxito. "A la gente le gusta mucho y el público que va ayuda mucho a crear un buen clima", asegura. Tocar en la Plaza Mayor no solo atrae a más público, sino que confiere un prestigio que valida la propuesta artística ante los ojos de la ciudad. "La gente dice: 'ah, esto es muy importante, porque está tocando en la Plaza Mayor'", concluye.

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Un talento diverso a la espera de ser descubierto

En definitiva, la escena musical salmantina atraviesa un momento dulce en lo creativo, con una diversidad que abarca innumerables estilos. El talento está sobre la mesa. El reto, como concluye Sánchez, es que los salmantinos tomen conciencia de la riqueza que les rodea. "Lo que falta es que los salmantinos digan: 'Bueno, hay música interesante aquí al lado, vecinos míos que hacen música muy buena, y me la estoy perdiendo'. A mí eso me da rabia, porque yo soy fan de la música salmantina, oigo más música de aquí que de fuera incluso", finaliza.