El montaje contó con unos 35 actores, a los que se sumaron los integrantes de Astrolabio
La Feria Medieval de Ciudad Rodrigo tuvo en la noche del sábado la cita más importante para los integrantes de la entidad que promueve el evento, la Asociación Cultural Rodericus: la representación teatral de La Conjura de Ciudad Rodrigo, que han venido preparando intensamente, con sprint incluido en los últimos días en los propios Jardines de Bolonia (como es costumbre, los últimos ensayos tuvieron lugar durante la misma tarde sabatina).
La hora fijada para el inicio de la representación era las 21.30 horas, pero justo una hora antes ya había una larguísima cola en el Registro (iba desde el Cuerpo de Guardia hasta la Puerta del Conde). Esa cola fue creciendo y creciendo durante la hora siguiente, lo que acabó provocando que el espectáculo comenzase con algo de retraso hasta que accedió a la zona todo el público, buena parte del cual tuvo que quedarse de pie (al estar las gradas ya llenas), en una velada en la que se levantó un molesto viento que acabó desapareciendo al final de la representación.
Como el año pasado, la representación ‘comenzó’ en el mismo momento de la entrada del público, ya que los espectadores pasaron entre los miembros de Rodericus que estaban ‘de luto’ por ‘la muerte del Obispo’, en concreto del Obispo Don Pedro, que como ocurrió en 2024 resucitó para ser el narrador principal de La Conjura, que en conjunto tuvo un guión similar al del año anterior en lo que a configuración del montaje y las escenas se refiere (cuando se produjo una renovación notable respecto a la versión previa).
Así, además del Obispo, el capellán y tres plañideras (mujeres contratadas para llorar en un entierro) ejercieron como guías de las sucesivas escenas que se fueron recreando de la histórica lucha entre los Garcilópez de Chaves y los Pacheco, de nuevo con múltiples toques de humor para aportar dinamismo. Aunque el guión fue similar al del año anterior, la representación en sí fue bastante diferente producto de todos los cambios de intérpretes acaecidos de un año para otro.
En total, en la escenificación tomaron parte unos 35 actores de variadas edades, entre ellos varios niñ@s en la parte final, a los que se volvieron a sumar los integrantes del grupo Astrolabio, que interpretaron diversas piezas, a modo de transición entre escenas o para enfatizar lo que ocurría en algunas de ellas. Todos ellos subieron al escenario al concluir el montaje, al igual que hizo el director del montaje, Pablo Moreno, para dar las gracias a todos los presentes, que brindaron una larga ovación.