La subasta de las cuatro roscas, ofrecidas por madrinas ataviadas de charra, alcanzó los 755 euros en una plaza abarrotada que puso el broche de oro a la VIII Feria de la Almendra
La localidad de Saucelle ha puesto este sábado, 4 de octubre, el broche de oro a una intensa jornada festiva con la celebración de su tradicional Fiesta del Ofertorio. Una tarde cargada de devoción, folclore y arraigo que congregó a cientos de vecinos y visitantes, y que sirvió como colofón a la exitosa VIII Feria de la Almendra celebrada por la mañana.
Los actos vespertinos comenzaron con un profundo sentido religioso a través del rezo del rosario, oficiado por el párroco Miguel Ángel García. A su término, el inconfundible sonido de la gaita y el tamboril de Diego Rengel marcó el inicio de la procesión, en la que los miembros del grupo de paleos de Saucelle escoltaron con sus características danzas a la imagen de la Virgen del Rosario alrededor del templo.
Una vez depositada la Virgen en la plaza del maestro José Jalón Carrasco, el grupo de paleos, formado en esta ocasión por cuatro danzantes y con el pequeño Izan ejerciendo de zamarrón, se dirigió al Barrio de la Ventosa. Su misión era recoger a las cuatro madrinas de este año, protagonistas indiscutibles del acto, que portaban las extraordinarias roscas de piñonate.
Las madrinas, Sheila Rodríguez Rueda, Beatriz Andrés Sierra, Blanca Hernández Amaro y la pequeña Laura Duro Andrés, de tan solo ocho años y quizá la más joven en la historia de esta fiesta, lucían espléndidos trajes tradicionales de charra, aportando un colorido y una solemnidad excepcionales al evento. El chasquido de los palos chocando en el aire al ritmo de la música acompañó su recorrido hasta la plaza.
Tras la ofrenda de las roscas a la Virgen, que fueron recogidas por el párroco, dio comienzo uno de los momentos más esperados: la subasta. Conducida con maestría y un gran sentido del humor por Anita y Rosi, de la Asociación de Mujeres de Saucelle (Arusa), la puja se convirtió en un divertido espectáculo que hizo las delicias de una plaza abarrotada de público.
Entre los asistentes no solo se encontraban vecinos de Saucelle, sino también un gran número de personas llegadas de localidades cercanas como Vilvestre o Barruecopardo, y de otras más alejadas como Pereña, Majuges, La Vídola, Vitigudino o Lumbrales. Tampoco faltaron a la cita miembros de la Corporación municipal, con su alcalde David Sánchez al frente, y la procuradora socialista en las Cortes autonómicas y natural de la localidad, Rosa Rubio.
Finalmente, las cuatro roscas alcanzaron un precio de 115, 200, 230 y 210 euros, sumando un total de 755 euros que irán destinados íntegramente a la parroquia, gracias a la maestría con la que las subastadoras diriegieron el concurso. Concluida la subasta, el grupo de paleos ofreció una última demostración de sus danzas antes de que la Virgen del Rosario regresara a sus aposentos en la iglesia parroquial.
El carácter tradicional de esta fiesta se manifiesta de forma especial en las roscas de piñonate, auténticas obras de arte elaboradas con granos de almendra pacientemente pegados con azúcar. Estas creaciones, que requieren de una enorme paciencia y de las manos de verdaderas artistas, son un testimonio vivo del legado cultural que las mujeres de Saucelle continúan preservando año tras año. Para finalizar la jornada, el Ayuntamiento ofreció a todos los presentes un convite a base de pastas, dulces, obleas y refrescos.