Dynamo PUTIN 23- OTAN FC 3

A juzgar por el por el resultado del marcador, alguien puede pensar que se trata de un partido de rugbi o de balonmano. No. Tampoco lo es de fútbol. Se trata del resultado del campeonato europeo de tiro al dron –con un precio medio de 10.000 € por unidad- celebrado recientemente en la zona occidental de los dominios de Putin, que es quien manejaba la máquina lanzadrones y los tiradores estaban federados en equipos de la OTAN. Como se ve, no podemos hablar de aguerridos francotiradores y Putin ha vencido por goleada a pesar de jugar fuera de casa.

Efectivamente, el tema no es para tomárselo a broma. Ha quedado demostrado que en Occidente no hemos sabido ponernos al día en la defensa de ese artefacto que comenzó siendo un juguete y rápidamente se ha convertido en una poderosa arma que, bien manejada, puede causar mucho daño a otras más sofisticadas y muchísimo más caras.

Tanto en Polonia como después en Rumanía, se han montado planes de defensa a base de lo que se tiene más a mano pensando en ataques ancestrales: cazas F-35 y F-16, respectivamente. Empleando cohetes que cuestan un millón de euros, se derribaron 20 en Polonia, pero no se logró derribar el de Rumanía. Ucrania –la necesidad obliga-, aguantando el chaparrón de dones rusos –o iraníes-, ha cogido práctica y consigue derribar más del 80 % a base de lo más eficaz y económico: cañones y ametralladoras antiaéreos, de altísima cadencia e indiscutible efectividad.

Por si había alguna duda, Trump ha dicho que no cuenten con él si no se deja de comprar petróleo a Rusia. Es decir, en este primer campeonato, la medalla de oro es para Putin. Ante la facilidad de su triunfo, no sería extraño que organizara una nueva andanada de UAV.

Da la sensación de que la UE todavía no tiene los pies en el suelo. No es de recibo que, después de tres largos años desde la segunda incursión en Ucrania, la OTAN no disponga de un efectivo plan de defensa de su frontera oriental. Estamos asistiendo al triste espectáculo de ver un verdadero desfile de drones que se pasean con descaro sobre el espacio de algunas naciones fronterizas. Las oleadas que están lanzándose sobre ciudades ucranianas, reconozcamos que, hoy por hoy, si se le cruzan los cables a Putin y dirige los drones a las ciudades que ahora sólo está provocando, mucho me temo que un elevado porcentaje de ellos llegarían al blanco. Esas maniobras próximas a las fronteras con repetidas violaciones del espacio aéreo y simulacros de invasiones buscan erosionar el concepto de seguridad para ver si los ciudadanos comienzan a dudar de la capacidad de respuesta de la OTAN. Putin conoce el artículo 5 del Tratado de Roma, pero también sabe que no todos los países han reaccionado de la misma forma ante el desafío ruso.

Por otra parte, ante la opinión que pueda tener el pueblo ruso, Putin sabe aprovechar la ocasión para manejar los medios de comunicación y las redes sociales a base de orquestar estas falsas invasiones como respuesta a lo que llama “agresión de la OTAN”. De esta forma, potencia el nacionalismo interno a la vez que desvía la atención sobre los problemas internos –que ya no puede ocultar- y de paso maquilla su autoritarismo. Está convencido de que manejando con destreza el tiempo, el cansancio, el desánimo y el gasto económico a que está obligando a los miembros de la OTAN, puede originar el aumento de sus tensiones políticas internas y su polarización. Ante las críticas que recibe de Occidente, el mandatario ruso y su coro de aduladores siempre repiten: “Putin sólo se defiende”.

En 2021 Rusia organizó otras maniobras en la frontera nororiental con Ucrania, seis meses antes de la incursión que terminó con la ocupación de la Península de Crimea. Sin ánimo de ser agorero, no quiero decir que estas maniobras llevadas a cabo en territorio bielorruso próximo a la frontera con Polonia sean el anticipo de otra agresión. Lo que sí digo es que se ha movilizado un ejército de 100.000 hombres y, para intranquilizar más a sus vecinos, no ha dudado en exhibir misiles hipersónicos, que no dejan de ser armas nucleares tácticas, de alcance medio.

En la actualidad, los conflictos armados no sólo emplean aviones, carros de combate o misiles; ahora tienen tanto peligro las amenazas, los rumores y las maniobras psicológicas. La OTAN debe estar preparada y para ello no existe otro procedimiento distinto que necesario gasto en armamento, junto a un constante adiestramiento. Como en el fútbol, no se puede saltar al campo sin saber la misión ni haber calentado los músculos.

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