El listón, por los suelos
Imagen del palco presidencial esta tarde en La Glorieta
Cuatro orejas de poco peso se concedieron en el primer festejo del abono.
La novillada con la que se alzó el telón de la Feria Taurina de la Virgen de la Vega en Salamanca se saldó con la salida en hombros de la debutante Olga Casado. Una oreja a cada uno de sus novillos cortó la novillera segoviana en una tarde marcada por la benevolencia del público (y del palco presidencial).
El detonante de la sucesión de orejas en tarde de aceros romos fue la concesión del primer trofeo de la tarde a Lea Vicens tras una faena insulsa a su primer oponente. No despertó pasiones la rejoneadora francesa entre el público, que sin embargo pidió tímidamente la oreja tras un rejón de muerte de efecto rápido. La petición fue in crescendo para rozar el límite de la mayoría justo cuando el tiro de mulillas enganchó al astado de Sánchez y Sánchez. En ese preciso momento asomó el pañuelo en el palco presidencial para conceder la oreja, que posteriormente fue protestada por algunos aficionados.
A partir de ahí, todo perdió el norte. Raquel Martín cortó una oreja del segundo tras una faena templada que hubiera sido merecedora de tal premio si no hubiese sido porque antes de la estocada definitiva la charra dejó un pinchazo en el primer encuentro. Lo mismo sucedió con Olga Casado, que en el tercero tocó pelo tras una labor en la que apenas lució en una tanda al natural y que fue rubricada de estocada defectuosa, y que en el sexto cortó otra oreja tras una faena de valor pero intermitente rubricada de pinchazo y estocada.
En defensa del presidente hay que decir que las peticiones de las orejas para Raquel Martín y Olga Casado fueron mayoritarias, que no es lo mismo que unánimes, y por tanto se vio "obligado" a sacar el pañuelo blanco sobre el tapete rojo. Lo que está claro es que el listón marcado por la concesión de la primera oreja de la tarde quedó por los suelos, marcando el devenir del festejo en cuanto a la concesión de trofeos se refiere. Salamanca debe recuperar urgentemente la seriedad en la concesión de trofeos. De lo contrario, los triunfos en 'el templo' de La Glorieta estarán muy devaluados.
