Rizando el rizo

El recuerdo de la combustión es la ceniza. Este dato obvio se reviste de profano misticismo en la poesía de Gloria Fuertes, quien era vestida de bombero de guardia por el fuego. Un fuego continuo que la asediaba al caer la noche, precisamente cuando las llamas son más visibles y su humo afecta más a las vías respiratorias. Y, sin embargo, nunca la quemaba. Atribuye al recuerdo del amor renovado como un ente garante de la protección, asimilable a una coraza de amianto. Rizando el rizo, entenderíamos que este se fundamenta y legitima a través de las cenizas no nombradas, como si se tratase de una agricultura de roza y quema. A través de la experiencia de lo vivido se consigue ese remedo de cautela y previsión concedido por un cortafuegos, pero también la seguridad de un nuevo comienzo.

Pienso en el septiembre de calores y tempestades, criado en el seno de trimestres incómodos y veranos en conexión, que llega justo al abrigo del ajuste de cuentas del año. Probablemente no ha pasado nada más que lo esperable, más de la mitad de días que serán olvidados y la otra reinterpretados. Reaprovechados para la enseñanza diaria. Justo como la ceniza que ayuda a la vida en condiciones propicias. En el día soleado que sigue al lluvioso, en la tarea que se prolonga inevitablemente durante varias semanas o en la conversación que se colapsa como la torre de Babel. Esa ambición desmedida por abarcar todas las posibilidades se torna en un cuerpo tendido que escucha las historias de autodestrucción ajenas sin temor a la comparación. De ahí tanto fuego; de estas chispas, estos incendios, y la parafernalia semántica subyacente al sentimiento. Como Gloria Fuertes amparada por el amianto en una madrugada sin expectativas. A través de las palabras de los otros se construye esa identidad imaginada: dos personas que caminaron los mismos pasillos y conocieron a las mismas personas no comparten palabras ni entendimientos hasta que se pone el sol y la única solución es la del huésped improvisado. Quizás esa es la trascendencia actual de usuarios que han entendido el lenguaje como una única ausencia y olvidan su conexión. Si debemos buscarla o descuidarla en pos de una vida cómoda parece un debate huérfano. Qué importa si la noche quedó vacía, qué verdad manifiestan los silencios. Cuántas cosas se relacionan con el inicio de septiembre y qué aprenderemos de él.