Más de quinientos vecinos y visitantes compartieron mesa y celebración
El aroma del arroz recién hecho puso punto final a las fiestas de verano en Villar de la Yegua. La jornada dominical, teñida de confraternidad y buen humor, reunió a más de medio millar de comensales en torno a una gran paella popular, elaborada con esmero por varios vecinos del pueblo. Nadie quiso faltar a la cita con este plato que, más que un manjar, se convirtió en símbolo de la unión vecinal y de la memoria festiva compartida.
La panera, recientemente rehabilitada para albergar encuentros de esta magnitud, apenas pudo contener la marea de potrosos y visitantes. Muchos optaron por extender la mesa a las calles adyacentes, donde la sombra de las fachadas se convirtió en improvisado mantel. El pueblo entero se transformó así en un comedor al aire libre, donde la conversación y la risa se sirvieron junto al arroz.
Desde el pasado 17 de agosto, Villar de la Yegua ha vivido intensamente sus festejos. Las actividades lúdicas, deportivas y taurinas —con encierro a caballo incluido— han marcado el pulso de unas jornadas que se inauguraron con el pregón y el colorido desfile de peñas, verdadero preludio del fervor colectivo.
La tarde del domingo reservaba aún un último guiño gastronómico: el concurso de tortillas, organizado por la Peña La China, que despertó tanto la destreza culinaria como el apetito de los asistentes. Tras él, se procedió a la entrega de premios de las competiciones deportivas y recreativas celebradas durante la semana, en un reconocimiento al esfuerzo y la participación de jóvenes y mayores.
El broche musical lo puso la orquesta salmantina Kronos, encargada de sellar con ritmo y alegría la despedida festiva. Sus acordes, prolongados en la noche estival, cerraron la cremallera de un verano que Villar de la Yegua guardará en la memoria, con la certeza de que, más allá de la música, los juegos o la paella, lo que permanece es el espíritu de comunidad que late en cada encuentro.