Un incendio ha provocado la movilización de un importante operativo preventivo de la Junta de Castilla y León en la orilla española. A pesar de la alarma, el cauce del río actúa como una eficaz barrera natural, una situación que ya se vivió hace dos años en el mismo punto, como recuerda el alcalde de Sobradillo
Las llamas han vuelto a teñir de naranja el horizonte de Las Arribes del Duero, generando una profunda inquietud en la localidad de Sobradillo. Un voraz incendio, declarado en la noche de este jueves en territorio portugués, ha avanzado hasta la misma ribera del río Águeda, situándose justo enfrente del término municipal español y provocando la inmediata movilización preventiva de un importante operativo de la Junta de Castilla y León. La situación, aunque contenida por la barrera natural del río, ha reavivado el recuerdo de episodios similares y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de este paraje fronterizo.
La alerta ha saltado a las 21:47 horas del 7 de agosto de 2025, cuando las primeras columnas de humo y el resplandor del fuego se han hecho visibles desde la parte española. La confusión inicial ha sido notable, ya que el portal oficial de incendios forestales de la Junta de Castilla y León, INFOCAL, ha llegado a ubicar el suceso dentro del término de Sobradillo. Sin embargo, la realidad sobre el terreno era otra, como han confirmado fuentes locales y el propio alcalde del municipio.
Ha sido el alcalde de Sobradillo, José María González, quien en declaraciones a Las Arribes al Día, ha arrojado luz sobre la situación, desmintiendo la información oficial inicial y tranquilizando, en la medida de lo posible, a los vecinos. "El fuego está en Portugal. Está justo en la ladera del río, pero en la parte de Portugal", ha afirmado con rotundidad el edil. Esta confirmación ha sido clave para entender el alcance real de la amenaza, que, por ahora, se mantiene al otro lado de la frontera natural.
El alcalde ha recordado además que esta no es una situación nueva para los habitantes de la zona, subrayando el papel crucial que juega el cauce del Águeda como cortafuegos. "Afortunadamente, el río Águeda actúa como una barrera natural muy eficaz. Hace dos años vivimos una situación muy similar en este mismo punto, y el río fue lo que impidió que las llamas pasaran a nuestro lado", ha explicado González. Esta experiencia pasada, si bien aporta un precedente de seguridad, no ha mermado el estado de alerta.
A pesar de que el incendio se desarrolla en jurisdicción portuguesa, la proximidad y el riesgo potencial de que alguna pavesa pueda cruzar el río han llevado a la Junta de Castilla y León a activar un completo dispositivo de vigilancia y prevención en la orilla salmantina. La cautela es máxima, y los medios desplegados demuestran la seriedad con la que se ha tomado la amenaza.
Según los datos facilitados por la propia Junta, el operativo movilizado en la zona de Sobradillo está compuesto por un considerable equipo humano y técnico. Concretamente, se han desplegado dos técnicos para la coordinación estratégica, dos agentes medioambientales que vigilan la evolución del frente portugués, cuatro cuadrillas terrestres preparadas para una intervención inmediata y dos autobombas. Además, se mantienen en prealerta tres cuadrillas ELIF / BRIF, las brigadas de refuerzo helitransportadas, listas para un despliegue rápido en zonas de difícil acceso.
Este despliegue no tiene como objetivo intervenir en Portugal, sino crear un escudo de contención y garantizar una respuesta inmediata ante cualquier cambio en la situación. "No podemos bajar la guardia. La vigilancia será constante durante toda la noche y hasta que el peligro haya desaparecido por completo", ha señalado una fuente del operativo a este medio.