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Pregón íntegro de Alejandro Marcos para abrir el Martes Chico 2025
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CIUDAD RODRIGO | MARTES CHICO

Pregón íntegro de Alejandro Marcos para abrir el Martes Chico 2025

Actualizado 04/08/2025 23:47

El pregón fue pronunciado durante la noche del lunes en la calle Lorenza Iglesias

Queridos amigos, comerciantes, mirobrigenses, autoridades y vecinos; muy buenas noches a todos.

Quería empezar este pregón, mi primer pregón, mostrando el orgullo que me supone, y agradeciendo de corazón a quienes se han acordado de mí para encargarme este menester…. Gracias Patricia, gracias Aris y gracias a la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.

Créanme que es un agradecimiento muy profundo, pues ya saben ustedes que en las épocas de éxitos y triunfos nos salen amigos, parientes e invitaciones de todos los lados, pero hoy, que mi nombre suena menos en las ferias y carteles; emociona y hace mucha más ilusión que en tu tierra te valoren, te reconozcan y te inviten a dar el pistoletazo a un día que tanto reivindica como es el Martes Chico en Ciudad Rodrigo. De corazón, gracias.

Como sabréis, soy natural de La Fuente de San Esteban, donde nací, me crié y sigo viviendo. Pero siempre he tenido un vínculo especial con esta ciudad, sobre todo en torno a una afición que es el fútbol y a mi pasión que es el toreo.

En el 2005, ingresé en el Alevín de la Agrupación Deportiva Miróbriga donde estuve 6 años jugando al fútbol, hasta que en el primer año de Juvenil me invitaron a salir.

Fueron 6 años en los que hubo de todo: nuestro objetivo no era más que salvar la categoría, no dábamos para mucho más pero lo conseguíamos.

Éramos un equipo muy variopinto, los había más tímidos, más estudiosos, otros más artistas y alguna pieza importante, pero salvo por un pequeño episodio de críos y desagradable del que además me llevo a uno de mis más importantes amigos, fueron años de compañerismo y diversión. Gracias Chuchi por valorarme, gracias Javi Cuesta, Rober, Jorge, Rodrigo, Arturo, Juanjo, Luisandres, Isma, Andros, Luisfer, Luis, Javi, Marcos, Gorka, Óscar… y otros tantos que compartimos esas vivencias, gracias especialmente a los que hoy me acompañáis porque cada vez que nos vemos me transporto a esa época que me hizo tan feliz.

A modo anécdota, y sin rencor ninguno, voy a contar cómo fue mi desengaño con el fútbol, que nadie se sienta ofendido, porque creedme que fue lo mejor que me pudo pasar.

Mi pasión y mi verdadera afición siempre habían sido los toros pero siempre tuve ese respeto y ese punto de timidez que hacía que no me planteara siquiera intentarlo y como el fútbol me gustaba tanto, pues estaba bien así, jugando al fútbol y viendo y leyendo de toros.

En el verano de 2010 decidí que ya no quería empezar en los Juveniles del Ciudad Rodrigo, pero en un amistoso que vine a ver entre el primer equipo y el Salamanca me encontré a quien por entonces era el presidente del club, me cogió por banda y me dijo que se había enterado que no iba a seguir, que estaba muy disgustado porque me necesitaban… Ignorante de mí que le creí y me apunté de nuevo…. con el paso del tiempo y de los meses me di cuenta que lo único que necesitaban de mí sería la cuota porque deportivamente contaron muy poco.

Llegué tarde a la pretemporada y Luis, que era quien teníamos de entrenador, no contaba nada conmigo por lo que gracias a Dios me desengañé.

Aún así, sigo pendiente siempre de la actualidad del Ciudad Rodrigo, donde además juegan mis paisanos Pepo y Albertito, ojalá este año vuelvan a ascender.

Este desengaño me hizo enfocar todo mi tiempo en el toreo, además, justo en ese año la Escuela Taurina abrió una sede aquí y todo ello me abrió los ojos para apuntarme y poco a poco ir consiguiendo en mi propias carnes los logros de las personas que de verdad siempre había admirado, los toreros.

En 2013 ya estaba participando en el Bolsín Taurino, del que tampoco guardo un recuerdo demasiado cariñoso, pues venía con las expectativas y la ilusión por las nubes y he de decir que ahí me llevé la primera voltereta que me dio el toreo; no pasé ni a las semifinales.

Un golpe de humildad, y una enseñanza temprana de lo que es la vida y la dureza del mundo en el que me estaba metiendo.

Como veis mis dos primeras experiencias no tuvieron un final demasiado feliz, pero la vida es así, tanto en el día a día como en los toros, en el ámbito personal, laboral y por supuesto en el comercio.

Esto se trata de resistir, de caer y levantarse más fuerte, aprender de los llantos y los desengaños y convertirlos en trampolín.

La cosa cambió, y solo un año después, en 2014, me llamaron para torear por primera vez en el Carnaval, un festival con las figuras del momento, un sueño y una alegría tremenda poder disfrutar de uno de los festejos con más carisma y encanto del panorama nacional, inolvidable. Desde entonces, he podido torear en un total de 5 tardes, tres festivales en 2014, 2019 y 2022 y dos novilladas picadas en 2016 y 2017.

He de reconocer que del que mejor recuerdo tengo es del 2019, toreé con uno de los toreros que más admiro, mi amigo José Luis Ramos, un torero genial con el que compartí tardes y tardes en el campo mientras se preparaba para el festival; ese invierno ha sido una de las épocas de mayor disfrute y mayor inspiración que he tenido al coincidir con un compañero. Gracias maestro.

La verdad es que siempre me he sentido muy valorado aquí, creo que es un pueblo cuna de grandes aficionados y amigos como por supuesto Javier Lorenzo, Javier Hernández, Félix Sabas, Samuel, mi amigo Antonio Risueño, Iván Ramajo, la familia Alaejos, Alberto Hernández… sin olvidarme de mi maestro José Ramón Martín, quien siempre me ha mostrado su cercanía y su apoyo.

Esa ha sido mi pequeña historia aquí. Por mi profesión, los carnavales y estas fiestas no las he podido vivir demasiado pero siempre hay alguna excepción y rato para salir. Y no podré olvidar el año en el que Tini y Silverio me abrieron las puertas de su casa, con su hijo Rodri disfruté por primera vez del Carnaval en plenitud, desde el almuerzo, las peñas, el encierro y desencierro, todo… eso sí, a las 12 de la noche enfilaba la calle Santa Clara buscando la cama, el día había sido demasiado duro.

En Rodri encontré un amigo de verdad, un compañero de fatigas y un motivador nato… Muchas veces me dio ese empujón definitivo para que espabilara o esa voz a tiempo para que parara los pies…

También me quiero acordar de Gabri, del Bar Madrid, con quien entreno la parte física desde hace ya 5 años, otro fenómeno de los muchos que tenéis aquí.

Podría contaros mucho más y acordarme de más personas con las que de una manera u otra he coincidido, pero quiero resaltar a lo que hoy venimos aquí.

A celebrar el Martes Chico: a promover, defender y resaltar la importancia del pequeño comercio. De la librería, la frutería, la carnicería, la panadería, el kiosko, el bazar, la joyería, la boutique y en definitiva de la tienda de toda la vida, donde no somos un número sino un cliente con historia propia, una familia y una persona a la que cuidar.

Creo que en estos tiempos en los que vamos tan deprisa y compramos más por impulsos que por verdaderas necesidades, todos tenemos nuestra parte de culpa en el declive del pequeño comercio, y así lo tenemos que reconocer.

Queremos las cosas aquí y ahora, y restamos importancia al servicio, al trato y al cariño con el que un comerciante de barrio trata a cada persona que entra por la puerta de su negocio.

Pongamos en valor ese servicio, esa atención personalizada y ese empeño por hacer que las cosas nos gusten y salgan bien.

Valoremos a la persona que sabe cuáles son nuestros gustos y preferencias con tan solo vernos entrar, el que nos escoge cada pieza de fruta en su punto, sabe nuestra cocción preferida del pan y hasta la talla de zapato que usamos… todos esos pequeños detalles que nos hacen sentir que no somos uno más.

Tenemos que asegurar el relevo generacional y para ello necesitamos tener el apoyo real de todas las instituciones.

Debemos exigir facilidades a la hora de traspasar o heredar un negocio.

El comercio ha sido, es y será seña de identidad de esta ciudad, sois la cabeza de toda esta comarca y somos muchos los pueblos vecinos que necesitamos a vuestros comercios para nuestro día a día; aquí encontramos todo lo que necesitamos.

Deseo que esta actividad comercial perdure en el tiempo con toda su salud y calidad. Y por eso, amigos, he venido hoy aquí.

Muchas gracias por escucharme, por invitarme y brindarme esta oportunidad de estar junto a vosotros.

Os aseguro que se me da mejor torear que hablar así que ojalá pronto nos veamos vestido de corto, para disfrutar de lo que realmente huele en esta ciudad, que es a toro y a Carnaval.

Muchísimas gracias, y que ¡viva Ciudad Rodrigo y su comercio local!