GALERÍA DE FOTOS | Margarita Robles condecora en Salamanca a los 'héroes' del REI 11 por su labor en la DANA de Valencia: "No pararon ni un momento"

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha visitado este jueves el Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 (REI 11) en Salamanca. El motivo principal ha sido presidir la imposición de la medalla conmemorativa de la 'Operación Valencia' a 25 soldados por su crucial intervención tras las devastadoras inundaciones provocadas por la DANA en 2024, y conocer de primera mano las experiencias de quienes se enfrentaron a un escenario "catastrófico".

Durante su visita a la base 'General Arroquia', la ministra ha recorrido una exposición de las capacidades de la unidad y ha escuchad los testimonios de los militares que lideraron y ejecutaron las labores de auxilio. "Hay días dentro del trabajo que son un motivo de especial orgullo. Hoy, mediante esta imposición de condecoraciones, queremos hacer un reconocimiento por todo lo que han hecho en la DANA de Valencia", afirmó Robles, quien aseguró haber visto su trabajo de primera mano.

"He visto sobre el terreno vuestra vida, siempre con una vocación de servicio y entrega, de generosidad. Todo el Mando de Ingenieros es un verdadero orgullo", destacó. La ministra fue contundente al valorar su impacto: "Puedo decir alto y claro que, si no hubiera sido por ustedes, la recuperación hubiese sido mucho más lenta. Cuando todo falla, ahí está el Ejército, y ustedes, por su especial preparación en situaciones complicadas".

Demostrando una implicación personal en las operaciones, Margarita Robles ha revelado que mantuvo contacto telefónico directo con varios de los militares desplegados sobre el terreno. Hablo con casi todo el mundo y al teniente Pelayo, algún capitán, les iba preguntando cómo iba todo", ha explicado.

De esas conversaciones, la ministra ha destacado no solo la pericia técnica, sino la calidad humana de los soldados. "Nunca oí ni una queja ni un problema, todo lo contrario, una cercanía a los ciudadanos", ha afirmado con rotundidad. Ha puesto como ejemplo la situación de poblaciones como Picanya, que "lo habían perdido todo" y donde el puente militar fue la única vía para acceder al centro de salud. "No hubo un momento en que pararan", ha sentenciado, elogiando el "gran ejemplo que dan nuestras fuerzas armadas".

La ministra junto a los condecorados

"La devastación fue terrible": el testimonio de los que estuvieron allí

Los militares del REI 11, junto a otras unidades, se enfrentaron a un desafío mayúsculo desde el primer momento. La impresión al llegar a la zona cero fue unánime: desolación. "La devastación. Aquello fue terrible. Todas las calles, todos los destrozos, cómo estaban las infraestructuras, las casas, las personas. Una imagen que es difícil", relata Mario Luis García San Dionisio, de la primera compañía del Batallón de Caminos, quien califica la experiencia como "muy dura", pero profesionalmente "muy satisfactoria por el trabajo que se hizo y el apoyo enorme de la población".

El teniente coronel José Enrique Velasco Rodríguez, jefe del Batallón de Caminos del REI 11, ha detallado la misión principal de su unidad: devolver la movilidad a una región fracturada. "La misión fundamental que tenemos es la movilidad", explicó. Su labor se centró en liberar de barro las vías y restaurar las comunicaciones cortadas. El montaje de tres puentes clave, ya que se instalaron dos puentes tipo Mabei en Picanya y Ribarroja, y un puente tipo Bailey en Loriguilla, todos ellos sobre el Barranco del Pollo. Además de un despliegue masivo y prolongado. La operación se extendió desde el 1 de noviembre de 2024 hasta finales de marzo de 2025. Participaron unos 1.200 efectivos del Mando de Ingenieros (apoyados por regimientos de Burgos y Zaragoza), con personal que llegó a repetir relevo "hasta 6 y 7 veces".

Al ser preguntado por si había visto algo similar en su carrera, incluso en zonas de conflicto, el teniente coronel Velasco fue tajante: "No, tan catastrófico o un poco parecido puede ser cuando el regimiento desplegó en el huracán Mitch, pero así tan grave como había, no". La primera impresión al llegar fue de "mucha desesperación por el personal. De hecho, en cuanto llegamos, sí que se vio que el personal al vernos llegar ya respiraba".

Por su parte, el coronel Fernando Carrasco Gallego, jefe del Batallón de, cuya misión es la construcción y rehabilitación de infraestructuras, ha confirmado que "inicialmente, durante prácticamente el primer mes y medio, dos meses, se trabajaba a turnos de 24 horas".

Según el coronel Carrasco, "las máquinas no paraban, el personal iba relevando, pero las máquinas estaban continuamente trabajando". Más del 75% del personal de su batallón estuvo desplegado en sucesivos relevos, participando en tareas como la instalación de alojamientos para las tropas en la Feria de Valencia, el vaciado de garajes y la retirada de lodos y enseres de las calles.

Para los más jóvenes, como el teniente Pelayo García Fernández, la operación DANA fue su "primera misión de tal envergadura". Lo que más le impactó fue "el desastre que sufrió la población", pero destaca que "gracias al trabajo diario de nuestros soldados y su instrucción, hemos podido afrontar el desafío". Describe el esfuerzo físico como "largas jornadas, que eran de trabajo de 12 horas, tanto día y noche, y trabajo a destajo, siempre haciendo turnos".

La experiencia de ver una catástrofe de tal magnitud en territorio nacional ha sido un shock para muchos. "Es increíble, siempre estamos acostumbrados a que el ejército ha participado en escenarios fuera del territorio nacional y verlo en casa parece que nunca va a ocurrir. Pero bueno, ocurre", reflexiona Mario Luis García San Dionisio. Afortunadamente, concluye, "estamos para solucionarlo, para poner nuestro granito de arena y sacarlo adelante". La recompensa, el calor de la gente: "La población civil se ha portado genial. Siempre sentimos el calor de la población, fantástico".

La perspectiva de quienes estuvieron en el terreno se completa con el testimonio de la Soldado Moya, encuadrada en el Batallón del REI 11. Para ella, la realidad superó cualquier preparación previa: "Cuando llegas allí, te das cuenta de que todo el adiestramiento no te prepara para una situación así, pero se solventa bien la situación", afirma.

La soldado ha querido destacar el esfuerzo colectivo que fue más allá de la zona cero, incluyendo al personal que daba soporte desde Salamanca. "Hicimos un gran trabajo. Tiramos para adelante muchas horas, un trabajo increíble tanto allí como aquí, porque hubo gente que no salió, pero desde aquí estaban preparando todo para salir en cualquier momento, preparando material, recepcionando material", subraya. Este esfuerzo coordinado, concluye, fue la clave del éxito: "Creo que trabajamos como un auténtico equipo y allí se nos agradeció mucho".