La Fuente de San Esteban cultiva la afición taurina desde la infancia

La Fuente de San Esteban, en pleno corazón del Campo Charro, es tierra de toreros y de profunda raigambre taurina. Esta pasión, lejos de diluirse con el tiempo, se transmite con naturalidad de generación en generación, como una herencia cultural que se respira en cada rincón del municipio.

Aprovechando la festividad del Corpus Christi, el coso taurino local acogió en la mañana del sábado un entrañable encierro infantil. Sin riesgos, pero cargado de emoción, los más pequeños corrieron delante de carretones que simulaban toros, desplegando con sorprendente soltura pases de capote y muleta. Lo que podría parecer un simple juego encierra una realidad reveladora: la tauromaquia forma parte del ADN de esta tierra, y su semilla germina ya en las nuevas generaciones.

Llamó especialmente la atención la alta participación femenina en la actividad, una señal clara de que la afición no entiende de géneros y de que el futuro de la fiesta también se escribe en femenino. Ellas —al igual que ellos— serán quienes en el mañana ocupen el centro del ruedo o llenen con entusiasmo las gradas de las plazas.

La jornada festiva del Corpus continuó con una capea popular protagonizada por dos erales y una vaquilla, preludio perfecto para el tradicional vermut del mediodía. Ya por la tarde, la celebración prosiguió con nuevas capeas, que desembocaron en una animada velada musical. La verbena, a cargo de la orquesta mirobrigense SMS, puso el broche festivo a un día donde la tradición y la alegría caminaron de la mano.