Un ejemplo de comercio centenario que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder sus raíces
Ciudad Rodrigo cuenta con un comercio que forma parte de su historia viva. La Ferretería Sertorio celebra este mes de junio su 175 aniversario, un hito que muy pocos negocios en España pueden presumir de alcanzar. Más que una tienda, es una institución local que ha acompañado generación tras generación a los mirobrigenses y vecinos de la comarca, ofreciendo soluciones prácticas, trato cercano y una constante adaptación a los tiempos.
Su historia comienza en 1850, cuando se abre por primera vez como ferretería en la Calle Julián Sánchez nº 5, en el mismo emplazamiento que hoy ocupa. A principios del siglo XX, bajo la dirección de Ladislao Trinchet, el negocio vive una profunda transformación. Se amplía con una concesión de automóviles —filial de General Motors—, con venta de vehículos Chevrolet y Ford, y una fábrica de mobiliario comercial, cuyo legado sigue presente en el mobiliario actual de la tienda.
En 1944, Cesáreo González, antiguo juez, adquiere el negocio, integrando la ferretería, la armería y la automoción en un único establecimiento. La venta de vehículos de cuatro ruedas cesa, pero se impulsa la comercialización de ciclomotores, bicicletas y recambios. Es en esta época cuando obtienen una autorización oficial para el troquelado de matrículas, un servicio aún vigente y que requiere una licencia estatal especial.
Durante las décadas siguientes, el negocio se consolida bajo la dirección de Sertorio González, hijo de Cesáreo, quien potencia especialmente el área de armería y pirotecnia, aprovechando una instalación en la zona de La Caridad para almacenar pólvora. La licencia para este tipo de productos, altamente regulados, continúa siendo uno de los distintivos singulares del negocio.
Sertorio González también supo detectar nuevas oportunidades. Con la llegada del agua corriente a los hogares rurales, apostó con acierto por los sanitarios y la grifería, convirtiendo esa línea de productos en uno de los motores del negocio durante las décadas de los 70 y 80. En paralelo, se reforzó el área de menaje, adquiriendo incluso un edificio en la Plaza del Buen Alcalde para usarlo como almacén.
En 1984 se incorpora Gonzalo González, actual gerente y tercera generación familiar, que desde el primer momento apostó por la modernización. Con estudios de contabilidad e informática, fue pionero en introducir equipos informáticos en la tienda en 1986 y en desarrollar una plataforma de venta online bajo la marca “Brico-Hogar” en el centro comercial virtual “Hipertienda”, mucho antes de que internet fuera el canal habitual de compra. También fue el primer vendedor en operar en eBay España, con una oferta inicial de 113 productos dirigidos especialmente a clientes nacionales pero que llegó hasta México y Estados Unidos.
La entrada en Cadena 88 en 1991 supuso un nuevo impulso, permitiendo a Ferretería Sertorio acceder a acuerdos nacionales, precios competitivos y reforzar su presencia digital. En el año 2000, Gonzalo González toma el relevo de su padre, apostando por la combinación entre innovación tecnológica y mantenimiento de la esencia tradicional del comercio.
Hoy, Ferretería Sertorio ofrece una gama muy amplia de artículos que incluyen ferretería general, menaje del hogar, duplicado de llaves, pequeño electrodoméstico, navajas, armería, accesorios de automoción y bicicletas, entre muchos otros. Con tres empleados fijos y una atención al cliente impecable, el establecimiento sigue siendo un referente en la ciudad y su comarca.
Durante este mes de junio, para conmemorar los 175 años de actividad, Ferretería Sertorio organiza sorteos semanales cada viernes entre los clientes que realicen sus compras e incluyan sus datos en una papeleta, además de ofrecer descuentos del 10% en distintas secciones cada semana.
Ferretería Sertorio no solo ha resistido el paso del tiempo: lo ha transformado en una ventaja. Representa la perfecta simbiosis entre tradición y modernidad, una muestra de que el comercio de proximidad puede ser también vanguardista y competitivo. Una historia de éxito que continúa escribiéndose desde el corazón de Ciudad Rodrigo.