Vidal Rodríguez celebra sus Bodas de Oro Sacerdotales y Gabriel Ángel Cid las de Plata
También se festejaron las Bodas de Oro de Manuel Merchán Rodríguez, que lleva casi medio siglo en las Islas Canarias
En el momento de publicarse esta información (última hora de la mañana del miércoles), los sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Rodrigo se encuentran disfrutando de una jornada de convivencia con motivo de la festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, al hilo de la cual la Diócesis conmemora todos los años las Bodas de Oro o de Plata de los presbíteros diocesanos que cumplen 50 ó 25 años de ejercicio eclesiástico.
En esta ocasión se encuentran en esa situación tres sacerdotes: Vidal Rodríguez Encinas y Manuel Merchán Rodríguez, que alcanzan los 50 años como sacerdotes, y Gabriel Ángel Cid López, que llega al cuarto de siglo. En lo que se refiere a Vidal Rodríguez Encinas, que nació en Serradilla del Llano el 3 de mayo de 1950, fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1975, desarrollando la primera parte de su labor presbiteral en las Islas Canarias.
En 1996, retornó a la Diócesis de Ciudad Rodrigo, pasando por múltiples localidades como Villar de Ciervo, Barquilla, Villar de Argañán, Villar de la Yegua, Serranillo, Sexmiro, Martillán, Aldea del Obispo y Castillejo de Dos Casas, siendo en la actualidad párroco de Nuestra Señora de Fátima en Ciudad Rodrigo, Carpio de Azaba e Ivanrey. Entre otras responsabilidades, desde 2015 es canónigo prefecto de Liturgia de la Catedral de Ciudad Rodrigo.
De los 3 protagonistas de la jornada el más desconocido es Manuel Merchán Rodríguez, natural de Villavieja de Yeltes (donde nació en 1951), ya que al poco de ser ordenado sacerdote el 12 de julio de 1975 se trasladó a las Islas Canarias, donde ha desarrollado toda su vida pastoral, en localidades de las islas de Lanzarote y Gran Canaria. En la actualidad, Manuel Merchán es canónigo de la Catedral Basílica de Canarias.
Por último, Gabriel Ángel Cid López, nacido en Ciudad Rodrigo el 2 de septiembre de 1972, fue ordenado sacerdote el 19 de marzo del año 2000, pasando por localidades como Sexmiro, Martillán, Villar de Argañán, Villar de la Yegua, Serranillo, Sancti-Spíritus, Paradinas de Abajo, Martín de Yeltes, Barquilla, Gallegos de Argañán, Campocerrado, Castraz, Boadilla, Espeja, Castillejo de Dos Casas y Retortillo. En la actualidad, es párroco de Fuentes de Oñoro, Ituero de Azaba, Puebla de Azaba, Castillejo de Azaba, Alberguería de Argañán y La Alamedilla.
Durante sus 25 años como sacerdote, Gabriel Ángel Cid ha compaginado la labor de párroco con otras tareas como la Delegación de Medios de Comunicación Social, o el Secretariado Diocesano para la Adolescencia y la Juventud, siendo asimismo arcipreste del Campo Charro y de Argañán, y Vicario de Pastoral entre 2019 y principios de 2023.
Como es habitual, los tres sacerdotes mencionados ocuparon un lugar preferencial junto al Obispo José Luis Retana en el presbiterio de la Capilla Mayor del Seminario San Cayetano en el transcurso de la misa de celebración que tuvo lugar en la mañana del miércoles, que se ha adelantado un día respecto a la fecha en la que aparece en el calendario la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, para no coincidir con la festividad de San Juan de Sahagún de Salamanca.
En los instantes finales de la eucaristía, tomó la palabra Gabriel Ángel Cid para, en nombre de los tres celebrantes, “dar las gracias” al Señor, “dador de todo don”, al Obispo, a los hermanos presbíteros (“sois nuestra familia”), a sus familias y a las religiosas y laicos “con los que caminamos en el día a día”; “pedir perdón por nuestros fallos, errores, pecados y falta de coherencia”; y para pedir “por favor seguid acompañándonos en este camino”, porque “queremos seguir adelante, con la ayuda de Dios y la de vosotros”.
Finalizadas estas palabras, todos los sacerdotes presentes se sacaron una foto de recuerdo de la jornada en las escaleras del altar de la Capilla Mayor del Seminario. Tras ello, asistieron a una conferencia titulada Sacerdotes para la misión a cargo del director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), José María Calderón Castro, redondeándose la convivencia con una comida fraterna en las dependencias del Seminario.
