Como primer paso, se cuenta con un adelanto de una colección de ropa de la marca Rural Vandals
El artista mirobrigense Nadie ha lanzado esta semana su nuevo proyecto cultural denominado Serenas, que aúna arte textil, moda contemporánea, memoria territorial y activismo medioambiental, todo ello con un fuerte arraigo en la provincia de Salamanca y una mirada que desde la Región Leonesa se extiende a todo el planeta.
La figura central del proyecto es uno de los elementos más típicos de la iconografía salmantina dentro del arte pastoril (junto al toro): la sirena de río, que los antiguos pastores grababan en sus útiles a modo de talismán contra aquello que más temían, como el lobo, las tormentas o la enfermedad de sus ganados.
En el proyecto Serenas, la sirena se presenta como símbolo de resistencia, de conciencia medioambiental y orgullo identitario frente a los peligros que acucian al mundo rural (se mencionan los megaproyectos mineros, la despoblación o el modelo económico que amenaza con agotar los recursos naturales del planeta).
Para abrir Serenas (que se irá desgranando durante el verano), Nadie ha lanzado un adelanto de una colección de ropa de la marca Rural Vandals, que está inspirada en la sirena de río y su poder protector. Con el objetivo de que la moda urbana sea un megáfono para generar conciencia, las piezas combinan la estética del underground y el graffiti, tejidos de primera calidad, tintas ecológicas, y prendas icónicas de la clase trabajadora como la chaqueta worker.
Estas chaquetas han sido confeccionadas a meno en Ciudad Rodrigo por Diana Martín Heras, quién también ejerce como directora de fotografía del proyecto, en el que están asimismo involucrados el actor Daniel Gómez Iglesias y la artista plástica Adelia V. Jorge. Durante estos días, han dado a conocer dos spots cinematográficos de presentación del proyecto, que se integrarán en un cortometraje sobre las sirenas de río en la actualidad.
Según señala Nadie, la cultura neotradicional que se está expandiendo por el mundo, con públicos jóvenes que quieren reivindicar el valor de sus orígenes, incrementa su relevancia cuando está acompañada de una reflexión medioambiental: “exaltar la tradición sin un compromiso real con el territorio abre la puerta a una identidad de cartón pluma”. En este caso, la sirena se convierte en “estandarte de una nueva resistencia, de quienes desde el medio rural reivindican su derecho a existir, a crear y a preservar su patrimonio”.