El pasado es una parte del presente

Esta afirmación, cuya atrayente construcción literaria y síntesis filosófica deriva de uno de los descubrimientos esenciales de la teoría psicoanalítica, es una frase de nuestro famoso escritor J. Cercas. Freud comenzó a trabajar a principios de siglo XX, clínica y teóricamente, con la hipótesis de que los traumas emocionales infantiles estaban en la base de la etiología de posteriores trastornos psicopatológicos de los adultos.

Javier Cercas conoce de cerca el psicoanálisis y en sus obras manifiesta este conocimiento, pero “sin meterse en camisas de once varas”, sino con prudencia y elegancia. En El impostor, repite esta frase con cierta frecuencia, aplicándola no solo a la historia individual narrada y analizada, sino también a la historia colectiva española. La historia de su peculiar protagonista Marco forma parte de la historia del siglo XX de nuestro país, de España. En la biografía de Marco que Cercas desentraña minuciosamente, y en la evolución histórica de España, pasado y presente son una misma realidad.

Y en la actualidad lo siguen siendo.

Pero no solo pasado y presente forman un todo en la identidad de un sujeto o de una Nación, sino, como lo demuestran diáfanamente el siglo XX europeo y el cuarto de siglo recorrido ya del XXI, el futuro también es otra parte del presente y del pasado.

Europa, que ha pasado por casi todas las guerras imaginables en los dos últimos siglos, sigue mostrando en la actualidad cómo los traumas colectivos sufridos vuelven a aparecer disfrazados posteriormente, pero en esencia con los mismos elementos: La I Guerra Mundial tenía ya en su interior las semillas de la II Guerra Mundial. Y la II Guerra Mundial reaparece en la actualidad como temor de que vuelva a estallar un conflicto similar, o como el deseo de que ocurra, en otra parte de nuestra sociedad. La repetición nunca es idéntica pero la esencia permanece: la terrible tragedia en la que fueron víctimas millones de judíos europeos, aparece en nuestros días con los papeles cambiados; hay grandes similitudes entre el Holocausto judío perpetrado por el régimen nazi y la situación actual del gobierno israelí con su objetivo de hacer desaparecer al pueblo palestino.

La expresión “se veía venir” que con frecuencia pronunciamos cuando un trauma pasado, individual o colectivo, se repite en el presente, tiene que ver con nuestra percepción consciente y/o inconsciente de que un conflicto del pasado que no ha hallado una solución suficiente en la elaboración de la vivencia traumática, vuelva a suceder tomando una nueva forma en la segunda o posteriores apariciones.

El organismo humano es demasiado complejo para que las “buenas intenciones” de no repetir experiencias dolorosas o destructivas, sirvan para algo.