La lluvia altera la dinámica de la multitudinaria invasión foránea de jóvenes

Aunque en este 2025 el número de autobuses con autorización (lo que implica tener espacio reservado para aparcar en Los Chabarcones) era menor que en años anteriores (apenas 39, cuando hace dos años llegaron a ser 156), Ciudad Rodrigo sufrió un año más en la jornada del Sábado de Carnaval una tremenda invasión de jóvenes foráneos, muchos de ellos universitarios salmantinos que se acercan a conocer ‘a su manera’ el Carnaval mirobrigense.

Como es sabido, la gran mayoría de esos jóvenes acude a Ciudad Rodrigo con la única finalidad de pasar un día de fiesta en buena compañía haciendo botellón, viajando incluso con las bebidas compradas para ello, pudiéndose ver precisamente con una ingente cantidad de bolsas a la marea humana que se fue encaminando desde el Polígono de Los Chabarcones donde les dejaron los autobuses hacia el centro de la ciudad.

En los últimos años, el gran botellódromo del Sábado de Carnaval había sido el Parque de La Florida, pero la lluvia que cayó durante las horas centrales del día (de 13.15 a 18.00 horas, aproximadamente), hizo que ese Parque estuviese prácticamente vacío de jóvenes, que optaron por otros rincones, buena parte de ellos a cubierto como una esquina de las dársenas de la Estación de Autobuses, los soportales de la calle Cardenal Pacheco y de la Plazuela del Buen Alcalde, o los bajos de los tablaos de la parte sur del ágora.

Cuando el cielo lo permitió, estos jóvenes también ocuparon la confluencia de las calles Cardenal Pacheco y Julián Sánchez, la Plazuela del Buen Alcalde en toda su extensión y la parte sur de la Plaza Mayor, así como el inicio de la calle Colada. Una vez finalizó la actividad taurina del día, el botellón se trasladó a la arena del coso taurino, disfrutando del ambiente festivo algunos jóvenes desde los tablaos.

Como también es habitual, todas esas zonas quedaron con montañas de suciedad una vez los jóvenes procedieron a emprender la marcha de Ciudad Rodrigo en función de sus turnos de autobús (la mayoría se fueron marchando en las primerísimas horas de la madrugada). Lo único positivo de esta invasión es que estos jóvenes foráneos le volvieron a dar un tremendo colorido a Ciudad Rodrigo, al estar todos ellos disfrazados.